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Reportaje:

Vendo casa con familia (falsa)

Empresas inmobiliarias de EE UU recurren a 'supermodelos' y actores que interpretan la vida hogareña para reactivar el negocio

Un coche a estrenar en el garaje, la asesoría gratuita de un diseñador de interior para remodelar el apartamento o incentivos en efectivo. Son algunos de los anzuelos que las agencias inmobiliarias echan a las turbulentas aguas del mercado de la vivienda para pescar clientes. Y es que la crisis está dando rienda suelta en Estados Unidos a iniciativas como contratar a supermodelos para vender apartamentos o recurrir a actores que hacen de familia feliz, mientras los futuros compradores visitan las propiedades.

Manhattan es una isla; también en la crisis hipotecaria que azota a la industria inmobiliaria. Los precios siguen subiendo, la demanda también y los inventarios son más reducidos que en el resto del país. Uno de los motivos que explica tanta efervescencia respecto a otras grandes urbes del país, incluso frente a otros barrios neoyorquinos, es la debilidad del dólar. Como explican desde The Real State Group, hay un gran número de inversores extranjeros que sacan tajada de la fortaleza del euro y del yen para comprar barato.

Las agencias dan cursos a sus modelos para que puedan acreditarse como agentes inmobiliarios

A esto se le suman los bonos que a final de año se llevan a los bolsillos los analistas de Wall Street, de varios centenares de miles de dólares. Y también hay una explicación demográfica. Cada vez hay más gente que quiere volver a vivir en el centro de la ciudad y se observan menos salidas hacia los suburbios. El mercado de alquiler es tan caro, que la opción más rentable es comprar.

Pero en una ciudad que depende tanto de la buena marcha de Wall Street, algunos empiezan a preguntarse cuánto durará este auge en la preciada Gran Manzana. Los agentes inmobiliarios en este oasis financiero ya notan que el mercado se enfría cuando se observa el alza de precios y por primera vez en cinco años empiezan a circular comentarios negativos sobre el futuro. Los principales temores están en el lucrativo segmento de las viviendas de lujo. Paolo Zampolli, dueño de la agencia ID Model, está poniendo a sus modelos a hacer cursillos para obtener la licencia que les acredita como agentes inmobiliarios. La idea se le ocurrió hace dos años, conversando con Donald Trump, el conocido promotor neoyorquino. Entonces se dio cuenta de que el mundo de la moda era una ventana abierta al negocio, por su conexión con gente rica y poderosa en Nueva York.

Una vivienda de lujo en Manhattan varía desde un mínimo de 1,5 millones de dólares hasta más de 40 millones en la torre Time Warner o en el antiguo edificio del hotel Palace. La comisión que se lleva la agencia por la venta de un inmueble es del 6%. Por eso Zampolli decidió seguir los consejos de Trump y combinar sus modelos con los activos de Prudential Douglas Elliman. Angie Everhart es una de sus agentes. "Lo hago porque es algo diferente en mi vida y en lo que puede depender en el futuro, cuando ya no rinda mi belleza", dice la modelo.

Y es que al lanzarse a la compra de una casa, los clientes tienden a considerar todo el paquete. Las modelos, evidentemente, no están incluidas en la operación. Paolo Zampolli no cree que su iniciativa pueda utilizarse en otras ciudades. Si en Nueva York, la ciudad de la moda por excelencia, utilizan a las modelos para cautivar a los compradores, en la costa del Pacífico tiran de lo que les hace famosos en todo el mundo: la industria de Hollywood. Allí, los agentes inmobiliarios contratan a actores que hacen las veces de familia perfecta.

Vivienda puesta a la venta en San Francisco (EE UU).
Vivienda puesta a la venta en San Francisco (EE UU).BLOOMBERG

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