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Reportaje:MÚSICA

El imprevisible Sondre Lerche

Aún le recuerdan aquella anécdota memorable de cuando publicó su primer disco, Faces down, en 2001. Sólo tenía 18 años, un extraño nombre de pila y un aspecto aniñado, casi andrógino, en la portada, así que el crítico estadounidense no dudó en escribir: "Estamos ante la mejor cantante que ha dado Escandinavia en muchos años, una adolescente que aún está explorando su propia sexualidad".

Desde aquella confusión de género, el noruego Sondre Lerche Vaular ha tenido tiempo de publicar otros tres álbumes muy variopintos, trabajar en varias bandas sonoras y -para disgusto de alguna, o de alguno- hasta contraer matrimonio con la actriz y modelo Mona Fastvold. Concibió un pop preciosista, casi de orfebrería, para Two way monologue (2004), escrito bajo el influjo de sus adorados Prefab Sprout. Cambió el paso radicalmente en Duper sessions (2006), donde se reivindicaba como un jazzista refinado y noctámbulo. Y ahora saca provecho de su impredecibilidad con Phantom punch, un disco urgente, nervioso, guitarrero, vitaminado. Un trallazo tan fulgurante que muchos han creído ver en él un equivalente contemporáneo, 30 años después, de lo que significó aquel This year's model de Elvis Costello. Tal genealogía la avala el propio Elvis, que ha compartido recitales con Lerche en los que su designación como heredero siempre pareció implícita.

"Puede que aún esté explo

rando las diferentes facetas de mi personalidad", concede el joven y prolífico noruego al teléfono desde Londres. "Grabar un disco es una labor que lleva mucho tiempo y trabajo, así que me horrorizaría desperdiciarlos con algo parecido a lo ya publicado con anterioridad". Y sí, es consciente de que esa versatilidad sirve para acrecentar determinados paralelismos con Costello, así que recurre al humor para, al menos, marcar distancias entre su pareja y Diana Krall: "Sólo puedo decir que mi mujer es una chica bastante tímida y que no sabe tocar una sola nota al piano...".

Si las semejanzas con el autor de Allison las acepta como "un cumplido muy grande", se confiesa perplejo ante quienes han creído ver en Phantom punch la huella de los escoceses Franz Ferdinand. "La pura verdad es que no tengo ninguno de sus dos discos, sólo les conozco de alguna canción aislada que habré escuchado por la radio. No, definitivamente no figuran entre mis influencias", refuta. En realidad, asegura, su cuarto disco surge de "una energía diferente, interior, que ni tan siquiera conoces ni comprendes del todo". Y el resultado es un trabajo rápido, acelerado, de canciones cortas y apenas 38 minutos de duración. "No, no hay nada de casualidad en ello. Me propuse no sobrepasar la barrera de los 40 minutos bajo ningún concepto. Se trata de una decisión consciente. Como todas, o eso procuro...".

Phantom punch es, en definitiva, el envés de Duper sessions: dos álbumes tan radicalmente distintos que nadie los asociaría con un mismo intérprete. Y sin embargo, no sólo comparten firmante, sino tiempo de gestación. "Por cada canción de rock que daba por válida, me salía otra con un aire romántico, pasado de moda. De pronto, me atrajo el reto de afrontar aquel repertorio tan, digamos, decadente. Fue casi un flechazo: tras apenas dos semanas, me encontré con un disco de jazz entre las manos", recuerda.

Asume que algún seguidor

pudo sentirse desconcertado, pero objeta: "Intuyo que mi público es gente de mente abierta, buenos aficionados a la música en general. Saben aceptar la diferencia. Por mi parte, procuro hacer en cada momento aquello que me satisface. Si introdujera otro tipo de variables, me volvería loco".

El pianista que desempeñó un papel decisivo en Duper sessions, Eric Halvorsen, continúa ahora al frente de los músicos acompañantes. El cuarteto -sí, cuarteto, como The Attractions- que escolta a Lerche responde al nombre de Faces Down y se ha convertido en una formación estable y núcleo duro de este universo poliédrico. "De los primeros álbumes de Costello", admite el noruego, "me fascina especialmente la forma en que empleaba la banda para generar una identidad característica. Ahora que yo también tengo mi propio grupo, espero saber aplicar alguna de sus enseñanzas".

Le queda mucho tiempo por delante, y le sobran ansias de aprender de los "maestros". En cuanto finalice la entrevista, bajará a la tienda de discos a adquirir la nueva edición de Steve McQueen, la obra magna de Prefab Sprout, que acaba de publicarse con un segundo disco en el que Paddy McAloon recrea en formato acústico aquella grabación de 1985. "Uno de mis mayores anhelos consiste en trabajar con McAloon", concluye. "De hecho, he hablado dos o tres veces del tema con su hermano, Martin, pero parece que Paddy quiere seguir apartado de la circulación. Yo, por si acaso, lo seguiré intentando...".

El cantante noruego Sondre Lerche.
El cantante noruego Sondre Lerche.

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