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Reportaje:

La danza habla con el cine mudo

Nederlands Dans Theater presenta en el Real su exploración de nuevos lenguajes con obras de Jiri Kilian, Paul Lightfoot y Sol León

Tras su presentación en octubre de 2004 en el teatro de la Zarzuela (tras una ausencia de 14 años desde que había debutado en el Conde Duque con Duato como solista), vuelve a Madrid, al Teatro Real, el Nederlands Dans Theater 1 (NDT1), la compañía de ballet contemporáneo más importante de Europa y poseedora de un estilo que ha influenciado mucho en el quehacer actual de la danza.

La relación entre la compañía de ballet contemporáneo holandés y el ballet español se establece por el puente excepcional que representa el coreógrafo y bailarín Nacho Duato, que estructuró sus compañías públicas sobre el modelo de los Países Bajos. Así, hay también en España una compañía de jóvenes (CND2) similar a la NDT2, que sirve parcialmente de cantera formativa a la compañía principal NDT1 (que es la que nos visita) en el caso de Holanda, y CND en el caso español.

Lightfoot: "Cuando ves hoy las películas antiguas, las entiendes como coreografía"

Desde hace tiempo se produce un trasvase de artistas españoles hacia el Nederlands Dans Theater. Actualmente hay ocho bailarines en la plantilla principal. Sol León, bailarina y coreógrafa cordobesa afincada en La Haya que fue nombrada residente del NDT en 2003, no ve una significación especial en ese porcentaje: "Debe ser coincidencia. Hay españoles en todas las compañías del mundo, o que el estilo del NDT va bastante con ellos. También puede influir el hecho de que Nacho Duato estuviera primero allí y luego yo misma", explica con un acento muy alejado del andaluz y que remite a lenguas eslavas después de muchos años trabajando en Holanda.

Su compañero, el inglés Paul Lightfoot, con quien realiza las obras al alimón, da detalles en un castellano casi perfecto: "La coreografía la interpretan 11 bailarines", y León puntualiza: "Es la primera vez que la traemos a España. Dura 45 minutos y fue hecha hace tres años. Para nosotros ha significado un gran paso y un cambio en el estilo, a la búsqueda de un nuevo vocabulario que cambia y que es más teatral". El título, Silent screen, ya hace referencia a ese cine antiguo y fundacional que llamamos mudo.

"Antes nuestro trabajo era más abstracto. Ahora vamos en otra dirección, influenciados por el cine mudo. Se trata de crear caracteres, profundizar en ellos. En la pieza hay filmes y la inspiración parte del cine mudo alemán", dice Sol León, que se ha apasionado con el expresionismo alemán. "Decía Alfred Hitchcock, que el cine mudo era la forma más pura de actuar", añade Lightfoot. "Se debe hacer todo sin palabras. En realidad, cuando ves hoy esas películas antiguas las entiendes como coreografía. Por su parte, Sol defiende el papel femenino: "Veo el papel de las actrices como el más importante: ellas eran más importantes. A veces se las ve expresar cosas extremas, pero en el fondo son muy frías, todo calculado para transmitir esas emociones. Siempre en el cine mudo se trataban temas muy trágicos".

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Para Lightfoot, Silent screen "es como una herida en proceso de cicatrización". Este bailarín y su compañera Sol León han usado para su coreografía la música Glassworks de Philip Glass, ya utilizada por otros creadores, y ellos mismos se han ocupado de la creación de decorados y trajes.

El programa se completa con Bella figura, pieza coral del checo Jiri Kilian que ya tiene 12 años, y donde también asume el diseño de la escenografía y de las luces. Sobre un collage musical de predilección veneciana que contiene, entre otras, obras de Giovanni Battista Pergolesi, Alessandro Marcello, Antonio Vivaldi y Giuseppe Torelli, Kilian hace un largo y cerebral ejercicio de estilo que se trufa con fragmentos contemporáneos de la Salomon Rossi Suite, de Lukas Foss. En la jornada de apertura de temporada en el Real participa la orquesta titular de la casa, con la dirección musical de Christof Escher, la soprano Beatriz Díaz y el contratenor David Q. Lee.

Nederlands Dans Theater 1. Teatro Real. 20.00. Del 5 al 9 de septiembre. www.teatro-real.com. Taquilla: 902 24 48 48.

Los bailarines Vaclav Kunes y Nancy Euverink, en la coreografía<i> Bella figura.</i>
Los bailarines Vaclav Kunes y Nancy Euverink, en la coreografía Bella figura.

El estilo Kilian

Describe el propio coreógrafo Bella figura (en italiano, en el original) como un viaje en el tiempo, la luz y el espacio que aborda la ambigüedad de la estética, la representación y los sueños, y hay en sus prolegómenos una frase concluyente: "Es como hacer equilibrismos sobre la cuerda floja del propio cordón umbilical".Jiri Kilian (Praga, 1947) no es sólo el más importante de los coreógrafos checos del siglo XX, sino el creador de un estilo ya internacionalizado y aceptado de ballet actual y de donde, hablando de umbilicalidad, sale y cristaliza el coreógrafo español más destacado de la actualidad: Nacho Duato.No se puede calificar el trabajo kilianiano de danza contemporánea; eso sería erróneo y desvirtúa un tronco estético y genético por donde discurre su amplio catálogo y su evolución personal, aunque sea permeable de tales efectos y afectos.Siempre abierto al experimento (hay que recordar su soberbia obra sobre Mondrian, no del todo entendida en su momento), Kilian ha explorado el movimiento ecléctico, la atomización de la técnica académica, la teatralidad, el mundo primitivo y la animalística y el monólogo interior. De todo ello surge una manera de hacer y de mover a los bailarines, de dominar el espacio en un ceremonial elegante, no agresivo y muy cerebral. Bella figura, en este sentido, es una de sus obras emblema.

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