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Reportaje:Fútbol | 2ª jornada de Liga

Que la toque hasta Cannavaro

Schuster anima a los centrales del Madrid a sacar el balón jugado para ayudar al equipo a tener la iniciativa

Diego Torres

Bernd Schuster anima a sus jugadores a pasarse el balón todo lo que puedan. Les pide que se atrevan a administrarlo sin precipitarse porque es la única forma de jugar bien. La consigna es fácil de asimilar para gente como Robinho o Sneijder. Más objeciones ponen los centrales. Pero los técnicos del Madrid han hablado con ellos y los han animado a manejar la pelota. A conducirla, incluso, asumiendo riesgos. "Los centrales del Madrid no pueden limitarse a pegarle de punta para arriba", explicaba ayer un miembro del cuerpo técnico; "deben acostumbrarse a iniciar las jugadas con sentido, incluso a salir jugando -bien cubiertos por un compañero-, porque cuando un central se incorpora al medio campo siempre genera problemas en los rivales. Si queremos jugar bien, hay que empezar por salir bien desde atrás".

El espíritu de la nueva época era palpable en el entrenamiento del jueves. Sobre todo, en el rincón donde maldecía Fabio Cannavaro. "¡Hijo de puta!", gritaba el central. "¡Hijo de puta!".

Cannavaro ha ganado una Copa del Mundo y un Balón de Oro. A sus 34 años, el líder de la defensa del Madrid es el jugador más premiado de los últimos tiempos. Sin embargo, en el entrenamiento que Schuster dedicó al trabajo específico individual, no se le vio satisfecho consigo mismo. La rutina de Cannavaro habría sido impensable en una práctica dirigida por Capello el año pasado. Consistió en moverse en un espacio de 20 metros cuadrados, hacia adelante y hacia atrás, con carreras cortas, recibiendo balones que debía distribuir rápido y con precisión a cuatro objetivos: a dos cajas cercanas con pases cortos, y a dos picas situadas a 30 metros con pases bombeados. Como Cannavaro no está acostumbrado a repartir el juego, los pases largos no le salieron siempre bien. Esto lo exasperó como a un juvenil.

Los entrenamientos individualizados conectan con la vertiente más científica del fútbol. Forman parte del plan que Schuster y su ayudante, Manuel Ruiz, comparten con Walter di Salvo, responsable de la preparación física. "Los entrenamientos específicos combinan el aspecto físico con el técnico", explica Di Salvo. "Con los centrales hemos hecho un ejercicio de posición combinado con pases de precisión, de acuerdo con situaciones que se pueden dar en el partido".

Cannavaro, cuyas cualidades se relacionan con la marca más que con el manejo, es un defensa poco voluble. Mentalmente, el hombre está hecho a la medida del fútbol italiano. Hace un año llegó a Madrid diciendo que sacar el balón jugado era un asunto secundario: "Si el portero coge el balón y lo tira a los delanteros de un pelotazo, está igual de bien. Lo importante es hacerlo rápido".

Ayer, Cannavaro salió de Valdebebas sonriente, con su hija Martina. "¿Yo sacar más el balón jugado? No creo. Ahora me encuentro muy bien, y juego como siempre", sostuvo. Esto lo saben los técnicos, hasta el punto de que cuando Cannavaro hace pareja con Pepe, le piden al portugués que sea quien asuma la gestión de la pelota. "El míster nos pide que salgamos jugando", asegura Pepe, con aire distendido; "y a mí me parece perfecto".

A Pepe le gusta desplazar el balón y Schuster le alienta para que no pierda la costumbre. A Cannavaro, el técnico le da la voz de mando. Pero hoy en el Madrigal, con Pepe de baja por lesión, el chico de Nápoles asumirá más responsabilidades. Schuster así lo quiere. La tarea no será fácil. Además de alterar su filosofía ancestral, Cannavaro deberá frenar al rival. Misión complicada a la vista de los precedentes. El Villarreal ha ganado los últimos nueve partidos de Liga que disputó -entre la temporada pasada y la primera jornada de la presente-. Durante ese periodo le hicieron cinco goles y marcó 22.

Bernd Schuster da instrucciones a los jugadores del Madrid durante un entrenamiento.
Bernd Schuster da instrucciones a los jugadores del Madrid durante un entrenamiento.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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