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Reportaje:FUERA DE RUTA

Papiroflexia en el horizonte de Tokio

Ebullición artística en el 21_21 Design Sight, proyectado por Tadao Ando

Dice un proverbio del filósofo chino Lao Tse que un nudo bien hecho no necesita cuerda. En el Japón nuevo -y en el viejo-, los edificios más incorpóreos, los que tienen un efecto más de superficie, son los que mejor distinguen su arquitectura, imposibles de confundir entre la amalgama heterogénea de construcciones con estilos, dimensiones y funciones de lo más dispar. Las construcciones niponas más modernas, las líneas más ágiles y envidriadas de la arquitectura futurista, se alzan al lado de monótonos bloques de apartamentos y de destartaladas casas de madera que parecen mantenerse en pie gracias a una tupida red de cables eléctricos. En pocos países encontramos edificios tan fragmentados y superpuestos. Japón es una estructura flexible donde el software -el tráfico y las muchedumbres, los canales de información y el sistema de señales- se impone sobre el hardware del diseño. Un paisaje que el arquitecto japonés Kazuo Shinohara describió como una "belleza basada en una anarquía progresista".

En el mecanismo delicado de la ciudad de las ciudades, el viajero encuentra caminos excéntricos, callejuelas filamentosas o arterias que se encajan como pueden en la compacta musculatura de un cuerpo urbano que funciona con la fría precisión de un ordenador. Pero Tokio no es sólo una ciudad inmensa y frenética, también es una ciudad eficiente y colorista, donde apenas se oye el sonido de un claxon. Lo contrario de la Ciudad Eterna, siempre rota por el sonido del tráfico.

Muchos topónimos japoneses conservan el regusto del antiguo Japón rural. Las estaciones de metro Morishita, Mita y Takebashi significan, respectivamente, bajo el bosque, tres campos de arroz y puente de bambú; el tranquilo barrio de Uguisudani, el valle de los ruiseñores, y el tecnológico barrio de Akihabara, llanura de las hojas del otoño. El vecindario de Roppongi lleva el nombre de seis árboles; aunque parece extraño, esta megalópolis -que ha sufrido terremotos, incendios y bombas- está plagada de arboledas. La vieja Edo renace y se fortalece después de cada incendio. Los 35 millones de tokiotas, de hecho, son conocidos por conservar la calma en estado de alerta.

Por el distrito de Roppongi, meca de los clubes más famosos de Oriente y santuario del hedonismo japonés, transitan a diario con sus maletines cientos de gaijin (empleados de la banca, de multinacionales y de embajadas), entre modernos edificios y silenciosos templos budistas. De la frondosidad del hormigón y del cristal que domina el barrio surge un edificio con forma de pliegue. Se trata del 21_21 Design Sight, promovido por la fundación del diseñador de moda Issei Miyake y diseñado por el arquitecto nacido en Osaka Tadao Ando. No es ni un museo ni una galería. Es una especie de taller o de centro de investigación donde arquitectos, diseñadores, ingenieros, artistas y estudiantes gozan de la libertad suficiente para emprender su propia revolución estética; algo inusual en un país que corre el riesgo de ser engullido por el diseño global. Japón quiere desmarcarse del estereotipo de "perfecto imitador de la cultura y el diseño occidental". Interioristas como Shigeru Uchida, firmas de moda como Comme des Garçons, de coches como Naoki Sakai o el arquitecto y diseñador industrial Masanori Uneda (conocido por sus muebles en forma de flor) son nombres japoneses que han influido en artistas occidentales.

El proyecto Tokyo Midtown, terminado el pasado marzo, se ha convertido en el nuevo distrito cultural. Además del 21_21 Design Sight, cuenta con el Midtown Tower, el rascacielos más alto de la ciudad; tres galerías de arte, el Suntory Museum of Art -proyectado por Kengo Kuma-, el nuevo Ritz Carlton, el famoso restaurante Conran, apartamentos de lujo, boutiques de prestigiosas marcas de moda como Chloé y un centro de convenciones. No muy lejos se encuentran el nuevo Centro Nacional de Arte, la galería AXIS y el Mori Art Museum, alojado en la segunda torre más alta de la ciudad.

Los valores del nuevo 21_21 Design Sight -financiado por treinta empresas privadas- no difieren mucho de los de un poema haiku. "Vaciado del todo, / el viejo caracol de mar / se llena de voces". La forma es vacío, según la sabiduría zen. Es necesario mirar las cosas como formas vacías, como un bol de té, como una pagoda, como el espíritu del poeta. El vacío es la forma de la plenitud. De la misma manera, la estética del 21_ 21 Design Sight recuerda el "principio del iceberg", inventado por el escritor estadounidense Ernest Hemingway: "La escritura es como un gran bloque de hielo que se mueve majestuoso y que esconde bajo el agua ocho doceavas partes de lo que es". Para Issei Miyake y Tadao Ando, la estética zen despierta una intensa sensación de absoluto y nos previene de esclavizarnos a un significado determinado. El viento puro mueve todas las hojas.

El nuevo templo del diseño de Miyake es de una profundidad abierta. Da la sensación de que sólo aquí es posible descubrir lo que es pensado, lo que puede ser hablado, que no es otra cosa que lo inefable. Se trata de un edificio que mezcla la alta tecnología con el artesanado. El 21_ 21 lleva el sello estético de sus dos creadores: el techo está inspirado en el célebre diseño de Miyake, el A-POC (una prenda de una sola pieza), y representa una gran lámina de acero de cincuenta metros cubierta de arena y con varias capas de pintura, hasta seis veces. Lo que desde fuera parece un pequeño santuario se abre hacia el espacio subterráneo para revelar una impresionante estructura de varios niveles que desembocan en un atrio.

La luz natural y las sombras formatean un espacioso vestíbulo hecho de hormigón, panelado con enormes planchas de cristal (14 metros) y láminas de acero en forma de pliegues que caen sobre una superficie de 1.700 metros cuadrados y otros 600 más dedicados a la exhibición de obras. Hasta los soportes de los extintores parecen grullas cuidadosamente elaboradas con la técnica del origami (papiroflexia). En 21_21 no hay ornamentación, sólo la luz natural consigue que el visitante perciba, imagine o recuerde la diversidad y la unidad de las particulares formas japonesas.

GUÍA PRÁCTICA

Datos básicos e información- Prefijo telefónico: 00 813.- Oficina de turismo de Tokio (www.tourism.metro.tokyo.jp/spanish).- www.jnto.go.jp.Cómo ir- British Airways (www.britishairways.com; 902 111 333), ida y vuelta a Tokio desde Madrid y Barcelona, con una escala en Londres, a partir de 841,95 euros, tasas y gastos incluidos.- Air France (www.airfrance.es; 902 20 70 90) vuela a Tokio desde Barcelona y Madrid, vía París. Vuelos de ida y vuelta a partir de 912,41 euros, precio final.- KLM (www.klm.com; 902 222 747) ofrece vuelos de ida y vuelta a Tokio desde Madrid y Barcelona, vía Amsterdam, desde 923 euros, todo incluido.Visitas- Tokyo Midtown (www.tokyo-midtown.com).- 21_21 Design Sight. 9-7-6 Akasaka, Minato-ku. Abierto de 11.00 a 20.00. Entrada: 6,50 euros.

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