"Se abandonan las categorías inferiores"
La muerte del futbolista Antonio Puerta ha abierto un debate sobre la necesidad de contar con más medios sanitarios en los centros deportivos. En el fútbol, la exigencia de disponer de desfibriladores semiautomáticos (aparatos que mediante una descarga eléctrica pueden cortar las arritmias malignas y evitar la muerte súbita) se limita sólo a los equipos de Primera y Segunda División A.
Pero, ¿qué ocurre en el resto de categorías? "En categorías inferiores existe un abandono en cuanto al tema médico", asegura Felipe Ortega, médico del Real Jaén, equipo que milita en la Segunda División B del fútbol español.
En esta categoría, la Federación Española de Fútbol (FEF) sólo obliga a la presencia en el campo de un médico del equipo local, la mayoría de las veces especializados en Traumatología y no en Cardiología. Y en categorías regionales, la situación es aún más alarmante: ni siquiera hay médicos.
"Si a Antonio Puerta le ocurre la arritmia en un estadio modesto, se muere en el campo", señala tajante Felipe Ortega, que combina su actividad en el fútbol con su plaza en el servicio de Urgencias del hospital de Andújar y antes trabajó en el 061. Si el suceso hubiera ocurrido en el campo del Real Jaén, donde tampoco hay desfibrilador, la atención se hubiera limitado a una reanimación cardiopulmonar básica (con manos y boca) del médico local, mientras otras personas avisaban al 061. Por todo ello, Ortega dice no entender cómo la Federación Española de Fútbol, "que exige tantas otras cosas de menor importancia", no financia o subvenciona la adquisición de desfibriladores en todos los campos de fútbol (su coste oscila entre 2.000 y 3.000 euros) sea cual sea su categoría.
"Es triste que tenga que morir un deportista para que nos planteemos algo tan básico como el servicio médico", apunta Ortega. Ahora bien, advierte del "peligro" que puede suponer el mal uso de estos monitores desfibriladores semiautomáticos por personas no preparadas para ello. "La ignorancia es muy atrevida", apunta.
El galeno del Real Jaén justifica la necesidad de redoblar los servicios médicos en los campos de fútbol no sólo por las enfermedades cardíacas, sino también por los traumatismos craneoencefálicos, mucho más frecuentes. "No entiendo cómo en el judo o el kárate se exige la presencia de un médico y en el fútbol, con miles de practicantes, hay tanto abandono", concluye Felipe Ortega.
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