Los críticos del PSN exigen la dimisión de Chivite y sacar a UPN del Gobierno

Ochenta cargos socialistas de 25 agrupaciones locales pertenecientes a la corriente crítica con la dirección regional del Partido Socialista de Navarra (PSN) exigieron ayer en Olite la dimisión del secretario general del partido, Carlos Chivite como responsable de la "nefasta" gestión de las conversaciones con NaBai e IU para formar un gobierno tripartito de izquierdas en Navarra. Los asistentes preparan una propuesta de resolución con sus reivindicaciones que presentarán pasado mañana en el comité regional. En esa reunión, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, explicará las razones que llevaron a Ferraz a desautorizar el pacto con los nacionalistas y a obligar a entregar la presidencia a Sanz.

Además del sector crítico afín al anterior secretario general, Juan José Lizarbe, que perdió por muy pocos votos el congreso de 2004 en el que salió elegido Carlos Chivite, a la reunión asistieron también militantes de agrupaciones de la Ribera, que hasta principios de agosto, apoyaron incondicionalmente al secretario general del que ahora reclaman la dimisión.

Durante el encuentro se aprobaron cuatro bases que servirán para elaborar una propuesta de resolución a debatirse en el comité regional (máximo órgano entre congresos) del sábado. La primera de esas líneas maestras contiene una crítica "firme y dura" contra la ejecutiva regional por la gestión de las fallidas conversaciones con el resto de fuerzas de izquierda. Esa gestión, según los asistentes a la reunión, ha sido "nefasta" porque los que la han llevado a cabo (Chivite y el candidato dimitido Fernando Puras) no supieron "vender" la apuesta por el tripartito de los socialistas navarros en Madrid. Por esa razón, exigen el relevo de la dirección regional, incluido Chivite, porque "se ha mostrado ineficaz y carece de credibilidad".

Al mismo tiempo se reclama una autonomía para el PSN respecto al PSOE similar a la del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Por último, consideran que la única forma de volver a ganar la confianza de los ciudadanos en el partido es relevando a Sanz en el Gobierno, aunque no explican, deliberadamente, si ese cambio debe producirse en esta legislatura.