Un vacío legal
Los organismos deportivos recomiendan exámenes cardiológicos, pero su exhaustividad depende del servicio médico de cada club
"Me consta que a Antonio Puerta se le hicieron varios electrocardiogramas y pruebas de esfuerzo". Lo dice César Cobián, presidente de la Asociación Española de Médicos de Equipos de Fútbol (AEMEF) y lo ha confirmado el Sevilla. El club del futbolista fallecido, como todos los demás, no está obligado por ninguna ley a hacer un seguimiento médico de sus jugadores, incluidas las cardiopatías. Pero los organismos nacionales e internacionales, desde las sociedades de cardiología, a la FIFA y la UEFA, o el Consejo Superior de Deportes (CSD), lo recomiendan.
La última de esas recomendaciones es de la propia AEMEF. La asociación considera "imprescindible" que los clubes hagan una historia clínica del jugador -donde habrían aparecido los dos desmayos sufridos por el sevillista, así como sus antecedentes familiares, si es que los tenía-; una exploración física del sistema cardiovascular, un electrocardiograma (mide la actividad eléctrica del corazón) y un ecocardiograma (permite ver su forma, tamaño y funcionamiento). El protocolo, aprobado en marzo, habla de fichajes, pero es lógico pensar que los servicios médicos lo aplican a toda la plantilla, más aún a aquellos futbolistas que han sufrido algún percance.
La UEFA y la FIFA hacen recomendaciones similares., aunque "cada club se organiza como quiere", explica Enrique González-Ruano, jefe de los servicios médicos de la Federación Española de Fútbol, quien subraya que los grandes equipos españoles tienen estas revisiones médicas "muy sistematizadas".
La única obligación en este terreno afecta a las selecciones. Para inscribir a un jugador en un Mundial o Eurocopa, éste debe haber pasado un exhaustivo examen médico, que incluye una revisión cardiológica, asegura Germán Borrás, médico de la selección absoluta. Ese análisis lo suelen hacer los clubes.
La libertad de los equipos de fútbol, como deporte profesional que es, contrasta con la situación de otros deportistas de alta competición. "Cada año entre 1.650 y 1.850 atletas se someten a un examen médico obligatorio", explica Araceli Boraita, jefa del servicio de cardiología del CSD. Este examen incluye un estudio cardiológico completo, que se hace más exhaustivo si se detecta algún problema.
Otra cosa es que estas pruebas pudieran haber evitado el fallecimiento del futbolista. Según Boraita, en un 30% de las muertes súbitas de deportistas menores de 30 años -Puerta tenía 22 años- no se sabe la causa. Los cardiólogos, como Boraita, consideran que es "necesario legislar de alguna forma" estas cuestiones. El momento puede haber llegado con la Ley de Protección de la Salud y Lucha contra el Dopaje, aprobada el año pasado. El texto prevé la creación de una comisión de control y seguimiento, ya constituida, y entre cuyas funciones está proponer qué reconocimientos médicos debe seguir cada deportista en función de su especialidad.
La capacidad de reacción de los clubes ante casos como el de Puerta ha mejorado ya este año. No sólo el estadio Sánchez Pizjuán, donde se desplomó el jugador sevillista el sábado, tenía un desfribilador. Según Cobián, unos días antes de que empezara la Liga, los 42 clubes de Primera y Segunda División habían recibido un maletín médico con éste y otros instrumentos de reanimación.
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