La pasión por los 'respondones'
Los españoles empiezan a apostar por los ETF, híbridos de fondos y acciones que replican la evolución de un índice
La última sensación emergente en las bolsas mundiales, los ETF (exchange traded funds), empiezan a despegar ahora en España, un año después de su lanzamiento en el mercado nacional. Su exacta réplica y ponderación de los índices sobre los que están basados los hacen atractivos tanto para los inversores institucionales, interesados en mercados que no pueden seguir directamente, como también para los particulares. Fondo de inversión y acción a un mismo tiempo, ya que cotizan en Bolsa, resultan operativamente más baratos -comisiones más bajas- y permiten su negociación en el intradía. Llegados a nuestro país durante el año pasado con un primer fondo del BBVA sobre el Ibex 35, su número alcanza actualmente los doce, ofertados por tres entidades: BBVA (4), Santander (3) y Société Générale (5).
Las participaciones de los ETF cotizan en tiempo real: se pueden negociar en el intradía al precio vigente en cualquier momento de la sesión
Y esto es sólo el principio. Prácticamente todas las entidades tienen alguno de estos productos en preparación para su lanzamiento entre finales de 2006 y principios de 2007. En septiembre, el BBVA lanzará dos nuevos ETF, entre ellos el Ibex Top Dividendo, "compuesto", explican en la entidad, "por los 25 valores que mejor retribuyen al accionista".
La aceptación del producto está siendo más que aceptable. Teniendo en cuenta que el mercado está naciendo ahora mismo -siete fondos se lanzaron en julio-, los volúmenes de ETF en la Bolsa española representan ya el 3% del total europeo y muy cerca del 4,2% de la Bolsa suiza. Parte de esa aceptación se debe al BBVA, pionero en su lanzamiento, y cuyos cuatro ETF suman un patrimonio superior a los 400 millones de euros, lo que le sitúa, según Morgan Stanley, como el décimo mayor gestor de ETF en Europa en patrimonio gestionado.
Todo indica que España recuperará rápidamente el retraso que lleva con respecto a otros países, como el Reino Unido. De hecho, existe ya entre los institucionales españoles una fuerte cultura de inversión en ETF. Según Morgan Stanley, las entidades y los fondos españoles fueron de los primeros europeos en invertir en los ETF de Estados Unidos. En junio de 2006 había 68 instituciones españolas con ETF norteamericanos en cartera frente a sólo 6 en 2000.
Según los expertos, el interés por este producto está más que justificado. Los ETF cuentan con ventajas innegables. La primera, que son fondos que replican exactamente la composición y ponderación de índices determinados, sean genéricos como el Ibex, especializados como el Nasdaq o el Ibex Small Cap, o geográficamente enfocados como el Latibex. Las posibilidades de réplica son infinitas, tanto como los tipos de índices existentes en cualquier Bolsa del mundo. De momento, en Europa, los índices más utilizados son los de renta variable, nacionales y europeos, que acumulan un 47,8% del patrimonio total. Pero se están ofreciendo ETF que replican fondos de estilos de inversión o materias primas.
Réplicas ventajosas
Lo mismo pasa en España. Pese a que el BBVA se inició con una réplica del Ibex 35, luego crearía ETF sobre el Dow Jones Euro Stoxx 50, el Latibex Top y el Latibex Brasil. La estrategia del Santander, que cuenta también con su replicante del Ibex 35, ha sido la de ofrecer productos basados en índices no geográficos, como son el Ibex Mid Cap y el Ibex Small Cap. Se trata, dicen en el BBVA, de un producto muy interesante que "facilita a los clientes la inversión en mercados a los que no tienen fácil acceso", es decir, en el caso de los ETF sobre índices geográficos, invertir internacionalmente sin salir de la Bolsa española. Igual de ventajosos son los basados en medianas y pequeñas empresas, al permitir a los inversores el apostar por empresas emergentes y de rápido crecimiento.
Además de la ya citada posibilidad de diversificación, lo esencial para el caso es que los ETF son, según explican en el BBVA, "instituciones de inversión colectiva cuyas participaciones se negocian y cotizan en tiempo real como si fueran una acción". Esto permite que se puedan negociar en el intradía, al precio vigente en cualquier momento de la sesión, todo lo contrario de lo que sucede con los fondos de inversión tradicionales, en los que hay que esperar el cierre de la sesión para conocer su valor liquidativo.
Esta posibilidad se ve reforzada, según señala un informe de Bolsa de Madrid, por el hecho de que "su liquidez está garantizada por medio de la figura de los intermediarios especialistas, que asumen el compromiso de ofrecer precios de compra y de venta de las participaciones del ETF en todo momento a lo largo de la sesión".
La llegada de los ETF estaba anunciada. Están, como lo confirma el informe de Bolsa de Madrid, en "plena ebullición". Según Morgan Stanley, al cierre del primer trimestre había nada menos que unos 850 de estos fondos en el mundo, con un patrimonio gestionado superior a los 600.000 millones de dólares, el 70% en Estados Unidos. El crecimiento de estos fondos es tan galopante que, según Morgan Stanley, se espera que el año cierre con otros 660, casi tantos como los existentes hasta la fecha. Tan importante como el patrimonio es el crecimiento de la negociación, cuya media diaria subió de 24.500 a 42.700 millones de dólares entre el primer trimestre de 2006 y de 2007.
Después de haber sobrevivido durante la década de los noventa sin excesivo éxito, los ETF iniciaron su escalada en EE UU durante 2000, año en el que alcanzaron los 74.300 millones de dólares de patrimonio. Les han bastado seis años y medio para alcanzar los 604.000 millones. Europa, con un peso aún pequeño en el mercado mundial (sólo 99.000 millones de dólares de patrimonio en mayo), está creciendo a tasas más rápidas que las de EE UU. Con sólo 700 millones de dólares en 2000, ha multiplicado el patrimonio casi por cinco en tres años y medio. En ese mismo periodo, EE UU lo multiplicaba por menos de tres.
Según los expertos, su futuro está fuera de cuestión. En los próximos años estos instrumentos seguirán creciendo a fuerte ritmo debido a una serie de factores propicios, un auténtico círculo virtuoso. Según Morgan Stanley, el patrimonio de estos fondos se triplicará de aquí a 2011. Este crecimiento será el efecto, dice la entidad, de la creciente popularidad de los ETF entre los institucionales, los cambios regulatorios que permiten mayor exposición de los fondos a los ETF, la expansión de la gama de índices negociables y la entrada de nuevos emisores y gestores en el mercado.
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