"El que manda no me respeta"

Los traspasos acaparan casi toda la emotividad del fútbol cuando no hay fútbol. Se viven y se cuentan como sucesos extraordinarios a pesar de que suelen ser procesos muy repetidos y ya vistos. Daniel Alves lio ayer un alboroto con sus reproches hacia el presidente del Sevilla, José María del Nido, por no haber aceptado una oferta de 36 millones de euros por él, con la rotunda exposición de sus deseo de irse del club y, sobre todo, con su petición de no ser convocado para jugar esta noche contra el Getafe con el argumento de que sufre molestias musculares desde la vuelta de la final de la Supercopa, el pasado domingo.

Pero, por extrema que parezca, la actitud del defensa no es más que el añejo y efectivo truco de convertirse en un problema, otra vuelta de tuerca dentro de la negociación entre el Chelsea y el Sevilla sobre el traspaso del jugador, que, aunque parezca abandonada después de que el miércoles firmara por el club londinense el también lateral y también brasileño Belletti, ex barcelonista, promete tener más capítulos. Como el propio Alves, que firmó un acuerdo con el Chelsea que le multiplicaría el sueldo, dijo ayer: "Mientras que el mercado esté abierto, es posible fichar, Ésa es mi esperanza. Así que mi oportunidad sigue viva".

"Si me quedo, no voy a ser feliz, porque habrá pasado la ocasión de mi vida"

El futbolista brasileño centró sus quejas en el presidente del Sevilla. "Es cierto que estoy decepcionado con el trato recibido porque, en cuatro años y medio, me he partido la cara por este club y me esperaba más respeto hacia mí y mi persona por cómo me he portado hasta ahora, algo que por parte del que manda no tengo". Alves justificó su andanada en la, según él, promesa incumplida que en su momento le hizo el presidente de estudiar las ofertas que llegaran por él: "Yo no soy el que pone mi precio, pero pienso que 36 millones de euros por un lateral es una oferta bastante aceptable. Y eso es lo que ha rechazado el club".

El brasileño, que no quiso concretar el equipo que hizo la oferta al Sevilla, desveló que el pasado lunes por la tarde Del Nido desestimó esa cantidad. Precisamente, la misma que habían aceptado una semana atrás en Madrid los gerentes del Chelsea y el Sevilla y que finalmente vetó el propietario del club londinense, el multimillonario ruso Roman Abramovich.

Al revelar la existencia de esta nueva oferta, Alves profundiza en su estrategia de responsabilizar a Del Nido de lo que finalmente suceda. En cualquier otro tipo de trato, rechazar una propuesta de compra que supone una plusvalía de más del 5.000% con respecto a lo invertido cuatro años atrás, sería inconcebible. Las palabras de Alves sugieren que, si no se materializa el acuerdo, el orgullo de Del Nido habrá perjudicado al Sevilla al privarle de unos ingresos colosales.

En su comparecencia en la sala de prensa del estadio Sánchez Pizjuán, Alves insistió en su deseo de no jugar más en el Sevilla. "Si permanezco aquí, no voy a ser feliz porque me quedará la sensación, después de lo ocurrido, de que habrá pasado la ocasión de mi vida. Sobre cómo me comportaré... Desde luego, si tengo algo pensado no lo voy a decir. Es como estar en una pelea y dar la pistola al otro. Si voy a hacer algo, no se lo diré a nadie". Su primer movimiento fue pedir al entrenador del conjunto sevillista, Juande Ramos, que le dejara fuera de la lista de convocados para el primer partido de la Liga: "Tengo molestias desde el partido contra el Madrid. Incluso me he ido con mi selección y apenas he tenido minutos por lo mismo. No estoy en estos momentos para forzar".

El futbolista, que se entrenó con normalidad junto al resto de sus compañeros, no posó en la foto de la plantilla que utilizará la UEFA en sus informaciones y bases de datos, según muchodeporte.com.

El siguiente roce entre los intereses de Alves y los del Sevilla seguramente tendrá lugar antes de la mañana del lunes, cuando el Sevilla iniciará un viaje de seis días para disputar la vuelta de la previa de la Liga de Campeones, el 28 contra el AEK, en Atenas, desde donde volará a Mónaco para disputar la final de la Supercopa de Europa con el Milan, el 31. Si disputara un solo minuto contra el AEK, alves ya no podrá ser inscrito por ningún otro equipo en la Champions.