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Reportaje:

Dos minutos de silencio para Francisca

Centenares de vecinos de Beas se manifiestan contra el último asesinato machista

Dos minutos de silencio. Un fuerte aplauso. Y un único grito de todos: "¡No a la violencia!". De esta manera, cientos de vecinos de Beas (4.000 habitantes) protestaron ayer por el asesinato de Francisca Paredes, de 59 años, a manos de su pareja, José Borrero, de 67. Ambos eran viudos y convivían desde hacía unos tres años en casa de ella. La misma donde José decidió el jueves por la tarde asesinarla de 18 martillazos en la cabeza. Algunos vecinos afirman que después de matarla, José se duchó, se puso un traje y llamó a la Guardia Civil.

El sol picaba ayer en la plaza del Ayuntamiento. El edificio del consistorio y las gradas desmontables de madera para ver las capeas -el pueblo se encuentra en fiestas, aunque ayer se suspendieron- sirvieron para que los vecinos encontraran un poco de sombra esquiva. Esperaban a que Francisca Sotomayor, presidenta de la Asociación de Mujeres de Beas y convocante del acto, leyese un manifiesto de repulsa y diese paso a los dos minutos de silencio por el crimen. La presidenta, como la inmensa mayoría de los vecinos del pueblo, no daba crédito a lo sucedido el jueves. "Eran una pareja normal, siempre estaban juntos y vinieron a muchas de las excursiones que hacíamos", recordaba ayer.

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Tanto Francisca Paredes, conocida por Paca, había regentado un negocio hostelero y tenía tres hijas y un hijo de su anterior matrimonio. José Borrero era transportista y le sobrevive una hija, después de que hace unos años perdiese a su otro hijo varón.

El mismo día del crimen se les vio a los dos en las fiestas del pueblo. Acababan de pasar un mes de vacaciones en la playa junto con otros familiares. La razón para explicar el asesinato que barajaban las fuerzas de seguridad era un ataque de celos. Pero ayer, Carmen Serrano, jefa de la Unidad de Vigilancia de Violencia Contra la Mujer de la subdelegación del Gobierno en Huelva, recordaba que no hay que buscar "una explicación" a este tipo de sucesos. "La ha matado porque sí, no tratemos de encontrar motivos en los celos o en las provocaciones. La ha matado porque la violencia machista es así", decía tajante.

Serrano advertía que eso no significa que Francisca Paredes no estuviese viviendo un verdadero drama en su vida diaria con su asesino, "aunque nunca presentase una denuncia o se lo dijese a su familia o amigos. Por eso debemos estar siempre alerta. Y a la mínima señal de que algo puede estar ocurriendo, actuar con rapidez y contundencia", dijo.

Francisca Paredes fue enterrada en la tarde de ayer en Beas, tras un funeral en la Iglesia de San Bartolomé. Con ella son ya 56 las mujeres asesinadas este año a manos de su pareja.

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