Montilla convoca un gabinete de crisis para organizar la Operación Retorno
El Gobierno catalán no quiere que la Operación Retorno le pille a contrapié. No sólo por el temor de que puedan reproducirse las inmensas colas en las autopistas -como la del sábado 4 de agosto-, sino también para evitar a toda costa un colapso del resto de las infraestructuras, incluido el suministro eléctrico, cuando todos los barceloneses regresen a la ciudad a partir del primer fin de semana de septiembre.
Así que hoy el presidente de la Generalitat, José Montilla, va a reunir a la plana mayor de su Ejecutivo para coordinar el dispositivo de la operación retorno de las vacaciones, con foto incluida. El mensaje que quiere transmitir es claro: el presidente y los consejeros se sitúan en primera línea para que los ciudadanos sufran lo menos posible el regreso a casa. Montilla ha convocado al consejero de la Vicepresidencia, Josep Lluís Carod, al de Interior, Joan Saura, al de Política Territorial, Joaquim Nadal, y al de Economía, Antoni Castells.
Y es que tal como ha ido este verano, toda prevención es poca. 75 kilómetros de colas en las autopistas que obligaron a levantar suprimir los peajes. Un apagón el 23 de julio que afectó a 350.000 personas. Múltiples incidencias en el servicio de Cercanías de Renfe que han dejado en la estacada a miles de usuarios. Y colas de hasta una hora y media para facturar las maletas o recogerlas en el aeropuerto de Barcelona. Ha sido tal el caos, que hasta el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, se han visto obligados a viajar a Barcelona para calmar los ánimos.
Ayer por la noche, en un encuentro de dirigentes socialistas catalanes en Girona, José Montilla reconoció que entre la ciudadanía se ha instalado un clima de contrariedad y enojo causado por una acumulación inusual de incidencias y problemas en las infraestructuras. Pero lejos de aceptar alguna responsabilidad, se despachó contra los anteriores gobiernos de Convergència i Unió por la "insuficiente inversión" en materia de infraestructuras. "Hemos de reconocer que ahora estamos pagando demasiados años de gobiernos anteriores", afirmó.
La causa de esta crítica situación, señaló el presidente catalán, es la "obsesión [de los Ejecutivos de Pujol] por el debate sobre la identidad más que por el debate sobre el país real". Ahora, agregó, el tripartito ha dado la vuelta a la situación y, por tanto, "no hay lugar para el pesimismo porque los problemas se irán resolviendo en los próximos meses".
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