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Los actos de Aste Nagusia peligraron por el fuerte viento y la lluvia

Mikel Ormazabal

La intensa lluvia y el fuerte viento racheado mantuvieron en jaque ayer a los responsables municipales de la Aste Nagusia que, durante todo el día, vieron peligrar los actos del programa festivo. Tras una mañana de diluvio y frío (a la una de la tarde se habían recogido 14,7 litros por metro cuadrado en Bilbao), la tarde apareció algo escampada y se intentó que la fiesta continuara sin más contratiempos. Harto difícil con un cielo gris casi negro y con persistente viento.

A las dos de la tarde de ayer todos los conciertos de Aste Nagusia se habían suspendido, los espectáculos teatrales de calle, el pasacalles de gigantes y cabezudos y los fuegos artificiales; el área para niños estaba cerrada y peligraban los toros de la tarde. Afortunadamente, a las 18.00, la corrida pudo celebrarse. Desde el consistorio se afirmó que suspender eventos no les causa "perdidas" económicas, aunque sí se produce que la inversión realizada en las fiestas "rentará menos". Destacaban el fiasco para los negocios privados, "los que tienen terraza, por ejemplo".

También las txosnas se inundaron de agua, lo que hizo saltar el tendido eléctrico. Por la tarde, sin embargo, ya habían conseguido arreglarlo y atronaban los altavoces como cualquier día a la esperaba de seguir así toda la noche.

Los escenarios de los conciertos al aire libre fueron los más perjudicados, así como los espectáculos teatrales de calle, donde el viento sesgado hacía penetrar la lluvia en los escenarios. Especialmente castigados fueron Abandoibarra y Botica Vieja. Ya la noche del lunes se acortó la actuación de Álex Ubago en Botica.

Cuestión de seguridad

Al cierre de esta edición, se mantenía el concierto de Botica Vieja, donde actuaban Tote King y Los Violadores del Verso, siempre que el clima no volviera a hacer de las suyas a medianoche. La seguridad, tanto de los artistas como del público, ha sido la prioridad de los responsables municipales a la hora de seguir adelante o no con la programación.

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Como en el caso de los fuegos artificiales, también pendientes ayer sobre todo del viento. "El lunes parte de la pirotecnia preparada no se pudo lanzar porque el fuerte viento hacía peligrar más allá del área de seguridad", indicó Joseba Rosales, responsable de la oficina de fiestas.

Rosales luchaba por la mañana por lograr no suspender la cita de Oskorri con la Banda de Música de Bilbao, a las 23.30, en Abandoibarra. Aunque antes de las seis de la tarde se daba por perdido el concierto, por la complejidad del montaje y porque por la mañana no se había podido ensayar, un esfuerzo de última hora recompuso el escenario. Debido a su orientación le entra el agua en grandes cantidades al levantarse el fuerte viento, explicó. Así se luchó para que uno de los eventos más interesantes de la programación no se suspendiera. Nada estuvo confirmado hasta el último minuto. Una carrera contra la adversa meteorología que quiso, y no pudo, aguar la fiesta.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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