¿A quién le importa Irak?
Desde la perspectiva de George Bush, las continuas matanzas ocurridas en Irak sirven para poder continuar legitimando su política antiterrorista, dentro y fuera de las fronteras norteamericanas. Cada vez que atribuyen una masacre a Al Qaeda, o asustan a la población de Estados Unidos mediante la advertencia de posibles atentados inminentes, están justificando el desvío de parte del presupuesto nacional hacia gastos militares y la disminución del dinero destinado a políticas sociales. Por otro lado, la situación iraquí no altera en absoluto la vida de las élites occidentales y árabes.
Los soldados muertos en Irak suelen ser hispanos, afroamericanos y miembros de las clases más pobres. Los gobernantes de muchos países árabes siguen pasando largas temporadas en Cannes o Marbella. Y en Bagdad la ignorancia de la población civil provoca que se asesinen unos a otros. Mientras los miembros de las clases pobres estadounidenses no sean conscientes de que se reduce el gasto social correspondiente a ellos para destinarlo a enviar a sus hijos a morir en Irak, Estados Unidos podrá seguir manteniendo su dominio estratégico en Oriente Medio.
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