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Antonio Márquez recrea la tradición del baile español

Tras la inesperada cancelación de la habitual temporada veraniega del Ballet Nacional de Cuba en el teatro Albéniz (que debía comenzar este mes y seguir hasta mediados de septiembre), viene al teatro de la calle de la Paz un bailarín muy conocido y respetado por el público de la capital.

Pertenece Antonio Márquez (Sevilla, 1963) a una generación privilegiada que despuntó y cristalizó formación en las filas del Ballet Nacional de España (BNE), como lo son también Antonio Canales y Joaquín Cortés. Todos muy distintos, todos polifacéticos y muy buenos artistas, no exentos de polémica. El baile de Márquez ha pasado por diversas etapas, algunas caracterizadas por el gesto expresivo y la fuerza y otras veces por la sensualidad, apoyado en un físico privilegiado que aún sustenta. A los puristas, que casi nada les parece bien, algunas cosas de Márquez no gustan, pero el caso es que, desde que asumió el rango de primer bailarín en el BNE en los años ochenta y que tuvo acceso a papeles como los de Medea. Los Tarantos o Don Juan han ido consolidando una fulgurante personalidad escénica que en el extranjero goza de verdadera devoción popular donde siempre recuerdan su zapateado de Sarasate o su farruca de El sombrero de tres picos. En 1995 presentó en el teatro de la Maestranza de Sevilla su propia compañía y enseguida obtuvo la protección del Ayuntamiento de Madrid y el apoyo del Gobierno regional. Actualmente, el conjunto de Márquez es compañía residente y también cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura.

Flamenco andaluz

El programa que Antonio Márquez trae al Albéniz, donde ha contado en las coreografías con la colaboración de Matilde Coral y Currillo, se compone de tres obras: Fiesta flamenca (con vestuario del figurinista Pedro Moreno), La vida breve y Bolero. La primera parte de una escenificación de motivos tradicionales del flamenco andaluz del que es oriundo el bailarín y coreógrafo, que en sus inicios fue conocido como El Ibiza, ya que allí pasó su juventud y allí empezó a estudiar danza a los 11 años.

La vida breve es la suite para ballet de la ópera original de Manuel de Falla y esta pieza es producto de un encargo que originalmente le hizo el Teatro Real para los fastos de reapertura del coliseo de la plaza de Oriente en octubre de 1997.

Cierra el programa el Bolero, de Maurice Ravel, que Márquez ha bailado en diferentes versiones a lo largo de su carrera, especialmente la del desaparecido coreógrafo José Granero en el BNE. Granero es muy importante en la carrera de Márquez, pues después de salir del BNE le llevó al Ballet Español de Madrid y creó varias piezas para él, con su especial sello de danza española culta, refinada y de amplios registros que Márquez intenta mantener dentro de sus posibilidades personales y de conjunto.

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Compañía Antonio Márquez. Teatro Albéniz. Paz, 11. Teléfono 91 531 83 11. Del 22 de agosto al 2 de septiembre.

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