El 40% de los bomberos y policías locales de A Coruña están de baja

La plantilla de policías municipales y bomberos en A Coruña está bajo mínimos. Desde que comenzó el mes, se sucedieron las bajas médicas por enfermedad, hasta tal punto que un 40% de los efectivos no están en estos momentos disponibles. Ante esta situación, el gobierno local ha optado por suspender todos los días de libranza y ahora también las vacaciones de 75 agentes y bomberos que estaban disfrutándolas o a punto de iniciarlas.

Los representantes sindicales amenazan con movilizaciones inmediatas y contundentes. En plena negociación por la revisión salarial de los funcionarios y la valoración de los puestos de trabajo, la suspensión de las vacaciones de policías y bomberos supone un nuevo episodio en el enquistado conflicto laboral que enfrenta desde hace año y medio a los empleados públicos con el equipo de gobierno presidido por el socialista Javier Losada.

Ante la acumulación "anómala y repentina" de bajas laborales por enfermedades, la mayoría por estrés o ansiedad, la concejala de Personal, Obdulia Taboadela, justifica la medida "indeseable tanto como lo son las bajas" de suspender las vacaciones en curso o previstas este mes en la obligación del ayuntamiento de garantizar la cobertura de los servicios "esenciales". "No es una medida urgente o de emergencia, sino preventiva y necesaria", alega.

La edil rehúsa opinar sobre las causas de tanta baja médica. No quiere pronunciarse acerca de la posibilidad de que se trate de una huelga encubierta o una medida de presión ante la negociación en curso para la revisión de los salarios. Pero Taboadela afirma no entender "nada" porque, destaca, la mesa de negociación está "abierta" y mantiene su "total disposición" a llegar a un acuerdo con los sindicatos sobre sus reivindicaciones económicas.

"El deber de paz en una negociación es esencial, que no haya protestas mientras hablamos, y el ayuntamiento aún no dijo no a nada de lo que proponen los sindicatos, es lo mínimo que se puede pedir", indicó ante las nuevas amenazas de movilizaciones anunciadas por representantes sindicales de la Junta de Personal del ayuntamiento. Las notificaciones sobre esta suspensión de las vacaciones están llegando por mensajero a los domicilios de agentes y bomberos. Los que están se niegan a firmar el recibí y otros afectados aún en servicio están preocupados al tener ya pagados viajes con sus familias.

"El cabreo es generalizado, esta medida no está justificada porque no estamos ante una situación de catástrofe o emergencia", afirman los representantes laborales. Y achacan el elevado número de bajas médicas al desgaste moral por los 18 meses de conflicto con las autoridades municipales. La reciente decisión del gobierno local de sancionar con 15 días de suspensión de empleo y sueldo a la mitad de los 112 bomberos por cuestionar el ascenso de unos compañeros empeoró aún más la ya complicada relación entre las dos partes.