"Quiero un PNV lejos del integrismo"

Iñaki Azkuna (Durango, 1943) ha salido reforzado de las elecciones municipales y afronta su noveno año como alcalde de Bilbao con una coalición estable con EB y la mente abierta, la misma mentalidad que reclama a los dirigentes de su partido, el PNV, ante el comienzo del largo proceso de elección de su nuevo presidente.

Iñaki Azkuna abrió ayer su novena Aste Nagusia como máximo edil de la capital vizcaína.

Pregunta. ¿Qué le ha puesto más nervioso, las pasadas elecciones municipales o este inicio de las fiestas?

"Sigo defendiendo la nacion vasca, pero con ideas pactistas y un partido que al final pacte con España. Otra época todo el día a tortas no puede ser"

"No quiero un partido esencialista que hable todo el día de lo fantásticos que somos con 40 apellidos vascos y Rh negativo, aunque yo tengo ambos"

Respuesta. Nervioso no. Las elecciones me cansan; son muy reiterativas. En las fiestas pido buen clima y paz, pero eso lo pido todo el año, y de momento no me hacen mucho caso.

P. Se les ha parado el reloj.

R. A mucha gente.

P. ¿Y tiene solución?

R. Aguantar, resistir, no tenemos otro remedio. A pesar de todo, espero que también disfruten de las fiestas quienes tienen el reloj parado y quienes lo llevan adelantado.

P. Sale de unas elecciones municipales y entra de lleno en las de su partido. ¿Cómo ve el proceso interno en el PNV?

R. Como en todas las elecciones, hay algunos que se salen por la tangente, otros que hablan demasiado y otros que no hablan nada. De momento, es una situación tranquila. No veo grandes problemas en el partido, al menos aparentemente.

P. A veces las apariencias engañan.

R. Bueno, todavía no sabemos ni quiénes se van a presentar. Es pronto.

P. Pero usted tiene claro el tipo de partido que quiere.

R. Yo voy a apostar por un partido moderno, por un partido sin exclusiones, por un partido que acepte la pluralidad, que acepte que el mundo va hacia donde va y por un partido pactista. No quiero un partido que esté todo el día hablando de las esencias y del Rh. No quiero un partido esencialista que hable de lo fantásticos que somos con 40 apellidos vascos y el Rh negativo, aunque yo tengo ambos.

P. No creo que todos compartan su concepto de modernidad.

R. Hoy en día hay que apostar por un partido que sepa incardinar la nación vasca en Europa, que no esté todo el día rompiéndose la cara con España, y que al final pacte con España, es decir, un partido que esté lejos del integrismo. No podemos estar hablar todo el día de las esencias y mirándonos todo el día al ombligo. Eso ya se acabó. Voy a apostar por eso. Luego ya veremos los nombres que se presentan. Creo que es necesario en el partido un aggiornamento, una apertura de ventanas y refrescarse.

P. No parece que se refiera sólo a optar por dirigentes más jóvenes.

R. No se trata de cambiar gente de 60 por otra de 30, no, sino gente que tenga abierta la mente y el espíritu.

P. ¿En el partido y en el Gobierno vasco?

R. En todos los sitios. Y en el Ayuntamiento también.

P. Aunque no dice nombres, subraya las tesis que defendió Imaz en su artículo No imponer, no impedir.

R. Si digo que sí, estoy apostando por Imaz, y no sé si se va a presentar. He expresado mi filosofía y va en contra del esencialismo, de estar a tortas con todos y de estar casi expulsados de Europa. Eso ha sido un error histórico. Así de claro.

P. ¿El nuevo reparto de poder en las diputaciones puede condicionar el proceso del PNV?

R. Al proceso interno hay que dejarle que se cueza tranquilamente, sin interferencias. El partido tiene mucha experiencia y lidiará una vez más el toro. Luego cada uno que exponga su forma de pensar. Sigo defendiendo la nación vasca, con ideas pactistas. Otra época todo el día a tortas no puede ser.

P. ¿Usted que ha vivido muchos gobiernos con el PSE...

R. Y en minoría, recibiendo más que en Belchite.

P. ...cómo interpreta las declaraciones de Odón Elorza defendiendo que el PSE busque otros socios que no sea el PNV?

R. Yo con los socialistas estoy decepcionado después de lo de Navarra. Que los navarros pacten una cosa y que desde Ferraz haya un diktat, eso sí que es mandar y dejarles a los navarros del PSN sin sentido. A mí me han criticado los socialistas a veces porque dependo mucho de mi partido, pero el PNV no me ha hecho nunca eso. Yo he pasado vergüenza ajena.

P. ¿Teme que tras lo ocurrido en San Sebastián la kale borroka ensombrezca la Aste Nagusia?

R. Eso forma parte del paisaje del país. Puede pasar en fiestas, en San Sebastián, en Bilbao o en el resto de la península.

P. ¿La inmigración está cambiando el concepto de seguridad ciudadana en Bilbao?

R. La inmigración es necesaria, pero lógicamente son culturas diferentes que tienen que adaptarse. Los que estábamos aquí nos tenemos que adaptar a ellos y ellos a nosotros. Pero, cuidado, no podemos dar ejemplo de virtud a los que vienen con lo que tenemos aquí. Nosotros también tenemos canallas y sinvergüenzas.

P. Da la impresión además de que la llegada de inmigrantes no ha hecho más que comenzar.

R. Quien crea que vamos a vivir aquí como Asterix y Obelix en la aldea gala está equivocado. Cada vez va a haber más mezclas y nos tenemos que adaptar. La política de Le Pen no aguanta el paso del tiempo y la llegada de gente es irreversible.

P. Le critican que las inversiones no llegan a los barrios.

R. Donde más hemos invertido es en los barrios. Bilbao Ría 2000 está en el centro. Hemos tenido la gran suerte de que se ha metido en Abandoibarra, pero el Ayuntamiento sobre todo invierte en los barrios. Hemos invertido y lo vamos a seguir haciendo, pero en Bilbao hay una diferencia histórica entre el centro y los barrios.

P. Para muchos es demasiada diferencia.

R. Bilbao se fundó en el Casco Viejo y después de 600 años se hizo el Ensanche. Los barrios son productos del siglo XIX y la industrialización, un fenómeno que puso a Bilbao en las primeras páginas del mundo, pero con el problema de que se construyeron corriendo y mal. Las casas se hacían en los huecos que dejaban las fábricas. Luego llegó el desarrollismo franquista de los 50 y Santutxu es un ejemplo de ello: el barrio más poblado de Bilbao sin un metro cuadrado para equipamientos. Ya han sufrido una gran transformación, pero aún tienen que cambiar más.

P. Usted es un melómano confeso.

R. Y mártir.

P. ¿Tiene algún gusto musical inconfesable?

P. Me gusta la clásica y la moderna, la del país, pero la contemporánea no me hace mucha gracia. Recuerdo una vez que mi amigo y gran músico Carmelo Bernaola tocaba en el Arriaga. A la salida le dije: "Te he pateado, no he aguantado". El se reía de nosotros cuando nos veía salir de la ópera y nos decía: "Aquí vienen los de La Sonámbula [una ópera de Vincenzo Bellini estrenada en 1831]. No puedo con esa música dodecafónica.

P. Cita el Arriaga. ¿Tiene ya nombre para su nuevo director?

R. ¿Pero va a haber nuevo director en el Arriaga?

P. Eso le pregunto.

R. Bueno, seguramente lo habrá. Vamos a ver.

P. ¿Tiene candidato?

R. Un tapado y bien tapado que tengo por ahí.

P. ¿Se apellida Sagi?

R. Todavía no empieza por s.

P. Decía que la música contemporánea no le gusta demasiado. ¿Y la arquitectura? ¿Por dónde pasea más cómodo, entre la nueva arquitectura o la clásica?

R. Por donde me dejan mis escoltas.

P. No se moja.

R. No. Bilbao me gusta entero.