Ver las oportunidades

¿Cómo son los emprendedores? ¿Qué habilidades tienen? ¿Hay un espíritu emprendedor? ¿Cómo se puede fomentar éste? ¿Cuál es la edad idónea para emprender? Para que la bombilla de emprender se encienda, lo único imprescindible es tener una predisposición e interés para que se produzca, el resto se puede conseguir. No nacemos con espíritu emprendedor; nos hacemos emprendedores. Pero todos podemos aspirar a serlo.

El espíritu emprendedor es la capacidad para desarrollar proyectos novedosos o para ver más allá de lo cotidiano. No existen unas reglas necesarias ni pasos concretos para lograr un espíritu emprendedor; es un compendio de sensibilidad, innovación, estilo, predisposición, interés por el desarrollo... Y un emprendedor es la persona capaz de acometer proyectos con perseverancia, superando los obstáculos que se presentan y convirtiendo la experiencia en motor de la propia iniciativa personal.

"Es la capacidad para desarrollar proyectos novedosos o para ver más allá de lo cotidiano"

El espíritu emprendedor no tiene edad, ni mínima ni máxima, por lo que es interesante empezar lo antes posible a formarlo y desarrollarlo.

Las estadísticas a nivel mundial muestran la enorme importancia que juegan los emprendedores hasta el punto que generan trabajo para más del 70 % de la población de los países más desarrollados y su contribución al producto nacional bruto puede alcanzar niveles de hasta el 40%. Recientemente un funcionario del departamento SBA (Small Business Administration) manifestó que prácticamente más del 95 % de los nuevos puestos de trabajo son creados por este tipo de empresarios en Estados Unidos.

En España, y no sólo aquí sino en el resto de Europa, hay una necesidad imperiosa de recargarse con nuevo espíritu empresarial y conducir a las nuevas generaciones hacia mentes más emprendedoras, éste es el motivo por el que la educación que se imparte a los más jóvenes debe jugar un papel importante para lograr este objetivo.

Un emprendedor tiene capacidad para ver oportunidades y analizar los recursos para llevar a cabo un proyecto, pero cuando llega el momento de dar el paso, no siempre es el deseado, y se encuentran trabas que muchas veces impiden dar el salto: presiones económicas y sociales, cargas familiares, inseguridad, falta de apoyo...

Aplicar una educación empresarial y financiera a los jóvenes ayudaría a fomentar esa predisposición y seguridad capaz de motivar a un futuro emprendedor a poner en práctica su proyecto. Los jóvenes cuentan con virtudes como la libertad para expresarse, una mentalidad abierta, mucha imaginación y carecen de obstáculos económicos, familiares e inseguridades, lo que puede ayudar a fluir el auténtico espíritu emprendedor que estamos buscando y fomentando. Al fin y al cabo, los jóvenes son los futuros líderes de las empresas del mañana y la clave para una economía próspera.

En Junior Achievement, organización sin ánimo de lucro, fundada en 1919 y presente en España desde 2001, tenemos como objeto generar en los jóvenes el espíritu emprendedor que les permita alcanzar sus metas en un marco de responsabilidad y libertad, respetando valores como la integridad, el respeto y la excelencia a la hora de desarrollar su actividad. Nuestros programas llegan a más de siete millones de jóvenes, en 30 idiomas y 98 países. Para conseguirlo, involucramos a empresas y profesionales para que compartan su experiencia con los jóvenes y les muestren el camino a recorrer para tener éxito como personas y contribuir a mejorar la sociedad.

En el curso escolar que ha finalizado hace unas semanas hemos conseguido en España impartir más de 220 programas educativos, a más de 8.000 alumnos de 200 colegios en 15 comunidades, involucrar a más de 650 voluntarios y conseguir la confianza y ayuda económica de 38 grandes y medianas empresas.

Lucía de Zavala es directora gerente de Junior Achievement.