Fernando Francés admite que la decisión le obliga a "replantear muchas cosas"
Fernando Francés no quiere valorar la decisión del Ayuntamiento de Málaga de dejar desierto el concurso público para la gestión del CAC, que ya ganó en 2001, entonces para poner el proyecto en marcha, y al que ahora era único aspirante. "Hasta que no conozca la resolución no quiero hacer ningunas declaraciones, serían prematuras y poco reflexivas", se excusó ayer desde Santander, su ciudad natal, donde prepara una de las próximas exposiciones del CAC. "Nadie me ha notificado nada", aseguró, y dijo haberse enterado de la decisión municipal en la mañana de ayer por la llamada de una amiga. Tampoco adelantó si recurrirá el fallo del concurso o se presentará al próximo, y admitió: "Me tengo que replantear muchas cosas".
La mesa de contratación del concurso acordó el jueves por unanimidad dejarlo desierto, decisión que ayer ratificó la Junta de Gobierno municipal.
Hace una semana, tras conocer que el Ayuntamiento había decidido excluir del concurso a Unicaja, Francés confesó que había llegado a dudar de la mesa de contratación fuera tan estricta. "Tenía dudas de que una potencia como Unicaja pudiera influir, pero ahora veo que se ha cumplido la legalidad y los pliegos, que son muy estrictos". Ahora él es víctima de este rigor, pero asegura que mantiene la confianza en la administración.
Francés ha estado en los últimos años en el ojo del huracán. Sus reconocidos éxitos por las actividades culturales se combinan con la desconfianza de la oposición municipal sobre la gestión económica del CAC, para la que reclama insistentemente al equipo de Gobierno mayores controles. El Gobierno de Cantabria resolvió a Francés el contrato para la ampliación del Museo Marítimo del Cantábrico por incumplimiento del mismo, decisión que tiene recurrida en los tribunales.
La concesión del CAC expira el 31 de diciembre y en febrero salió a concurso por un periodo de 10 años y un montante total de casi 30 millones de euros.
