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Entrevista:CARMEN CORTÉS

"Intento mostrar la desnudez del ser humano"

Entre la ortodoxia y la vanguardia, pero siempre desde el más absoluto respeto a la esencia, la bailaora y coreógrafa barcelonesa, pero afincada en Madrid, Carmen Cortés pasa por ser una de las artistas que más veces ha arrimado la literatura española del siglo XX al flamenco. Atrás quedan, entre otros muchos, los montajes de Yerma (Lorca) o También muere el mar, un homenaje a la generación del 27. Ahora le toca a José Bergamín (Madrid, 1895-San Sebastián, 1983), el poeta rebelde que quiso alejar la poesía del rigor academicista.

Pregunta. ¿Cómo llegó a Bergamín?

Respuesta. A través de Perico Sambeat

[el saxofonista que toca con su marido, el guitarrista Gerardo Núñez], que tenía una nana escrita por Bergamín. Pensé: "¡Qué cosa más bonita!". Confieso que no le conocía. Y es que es difícil encontrar cosas suyas, pero me hice con algunas de sus obras, que me sobrecogieron, sobre todo ese librito tan pequeño que se llama La música callada.

Más información
Bulerías de la poesía de Bergamín

P. ¿Y qué vio en él?

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R. Tanto amor a su tierra, su lucha por venir a España desde el exilio. Ese amor por todas las cosas de la tierra que él echa de menos le lleva a escribir.

P. ¿Y cómo se lleva al baile?

R. Bergamín se mostraba libremente. Él mostraba su interior sin estar instruido. Los pueblos tienen una gran cultura. La instrucción, la escuela, la educación, el colegio -que tiene que existir- va haciendo olvidar la parte más popular de cada uno. Algunos intentamos que eso no desaparezca, y eso es lo que pretende el espectáculo. Mostrar la desnudez del artista, del ser humano. En mi caso, mostrar la impronta y el cariño que tiene el pueblo con el flamenco, para que no se olviden estas cosas.

P. ¿Y usted por qué baila?

R. Porque es lo que me da felicidad.

P. ¿Qué le parece tocar junto al Palacio Real?

R. Es un lugar precioso, aunque sacrificamos parte de la iluminación, pero deben hacerse cosas así y tiene que haber más. Afortunadamente, Madrid es una de las capitales más importantes para el flamenco.

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