"A mis cuatro familiares los mató un terrorista vial"
Beatriz Fernández perdió de golpe a cuatro familiares el 11 de julio de 2004. Ella dice que los mató un terrorista, aunque no llevara pistola ni se dedicara a poner bombas. Su arma era un flamante Mercedes que circulaba a 167 kilómetros por hora antes de salirse de la autovía A-5, saltar por encima de la mediana, invadir el sentido contrario y aplastar a otro coche.
En ese vehículo viajaban la hermana de Beatriz, Cristina, y su cuñado José, junto a un hermano de éste, David, y su novia Myriam. Volvían a Madrid desde Badajoz, donde la noche anterior habían asistido a una boda. Todos fallecieron en el acto excepto Cristina, que expiró horas después en el hospital. Ninguno de los cuatro alcanzaba la treintena. Tampoco tuvo suerte el hombre que viajaba de copiloto en el Mercedes, que murió abrasado. El conductor que los mató salió casi ileso.
Los afectados critican que un drama que cada año cuesta 3.000 vidas "no sea una prioridad"
Beatriz aún recuerda como si fuera ayer aquel domingo. Un día como cualquier otro hasta que, ya de noche, descolgó el teléfono y escuchó la voz de su padre. "Te voy a dar la peor noticia", le dijo. Al principio no se lo creía. Después tuvo que soportar un viaje "eterno" hasta Badajoz: "Cuatro o cinco horas llorando".
El accidente que destrozó a la familia Fernández también cambió la vida de Beatriz para siempre. Antes contemplaba los accidentes de tráfico como un fenómeno distante, "algo que sólo le pasa a los demás". Ahora, además de conducir con más prudencia, está metida de lleno en la lucha contra la violencia en las carreteras a través de la Asociación Stop Accidentes. Y cuando ve las noticias de los últimos días, con siniestros que están matando a familias enteras, a parejas, a niños y a bebés, lo siente en sus propias carnes.
"Se vive con mucha impotencia, porque sabes perfectamente lo que estará sufriendo esa gente. Lo peor es que este problema siga sin ser una prioridad ni para el Gobierno ni para la ciudadanía", se queja Beatriz, que recuerda que la siniestralidad vial es la principal causa de mortalidad entre los menores de 30 años. Por si no tuvieran suficiente con perder a seres queridos, los familiares de las víctimas perciben que los desaprensivos que ponen en peligro la vida de los demás salen impunes. Como el conductor de aquel Mercedes: "Seguimos esperando a que a ese homicida lo metan en la cárcel". Una sentencia le condenó a cuatro años de prisión y seis sin permiso de conducir, "pero ha pedido un indulto y está pendiente de resolver". Beatriz siempre ha lamentado que no le sometieran a la prueba de alcoholemia, aunque a veces no sirva para nada, "porque hay jueces que interpretan que el conductor no iba borracho si no triplica la tasa permitida".
Aunque las cifras de siniestralidad están mejorando desde hace tres años, en 2006 se contabilizaron 3.015 muertos, y en 2007 ya se han superado los 1.700. Y aun así, a pesar de que por las carreteras circulan millones de víctimas potenciales, los sucesos de tráfico nunca aparecen en la lista de las principales preocupaciones de los españoles. Stop Accidentes opina que la sociedad sigue sin percibir la gravedad del problema porque se ha acostumbrado a que la gente se mate en la carretera. A pensar que sólo caen los que conducen como locos. Beatriz se dio cuenta hace tres años de que también hay víctimas inocentes: "Esto no es como una muerte natural. Mi hermana no murió, la mató un terrorista vial. Claro que hay que preocuparse por el terrorismo y por la violencia de género. Pero si muriera esa cantidad de gente por cualquier otra causa, sería portada en todos los periódicos. Y con el tráfico, es como si no pasara nada", insiste.
Beatriz se asoció a Stop Accidentes poco después de perder a su hermana. Lo habitual es que las víctimas tarden dos o tres años en hacerlo, "porque el dolor es tan fuerte que cuesta reaccionar". Lo dice Ana María Campo, la presidenta de una asociación que agrupar a medio millar de personas. La cifra dice mucho sobre la escasa concienciación que existe en España, "porque la mayor asociación francesa integra a 25.000 socios".
Stop Accidentes presta atención a víctimas de toda España a través de su red de delegaciones, además de trabajar por reducir la siniestralidad. De momento, algunas de sus reivindicaciones han llegado a buen puerto: a la implantación del carné por puntos y la creación de una fiscalía de Seguridad Vial se unirá la reforma del Código Penal, que endurecerá las penas por delitos de tráfico. Mientras, siguen exigiendo mejores carreteras y más educación vial.
Tras siete años de lucha, el pasado mes los recibió el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Hasta Beatriz, que se define como pesimista de nacimiento, cree que se está avanzando. Su duda es cuántas personas más tendrán que morir para que la ciudadanía capte el mensaje que le mandaron a Zapatero: "Que éste es un asunto prioritario".
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