La Ciudad de las Artes ingresa 32,4 millones de euros pero sus gastos anuales son de 197,4

Gerardo Camps, vicepresidente económico del Consell y presidente de Ciudad de las Artes y las Ciencias, SA (CACSA), celebraba la semana pasada "la alta rentabilidad económica y social" del complejo levantado por la Generalitat en el último tramo del viejo cauce del río Turia. Flanqueado por Jorge Vela, director de CACSA y por José Luis Villanueva, nuevo responsable de grandes proyectos de la Generalitat, el máximo responsable de las arcas públicas apuntó que los ingresos de la sociedad alcanzaron los 32,5 millones de euros en 2006, "una cifra que representa un incremento del 11,8%" respecto al ejercicio anterior y que, en cualquier caso, es despreciable si se atiende al impacto económico, social, laboral, turístico, etcétera, del complejo.

La sociedad pública debe 688 millones de euros a largo plazo cuyos vencimientos están previstos desde 2009

El informe de auditoría de 2006 revela que las facturas impagadas a los proveedores suman otros 74,6 millones

CACSA debe afrontar vencimientos de operaciones de crédito no comerciales de 47 millones en 2008 y de 50, en 2009

Apenas tres días antes, Camps había incorporado a la página web oficial de la Consejería de Hacienda las cuentas de CACSA en 2006, unas cuentas que reflejan unos ingresos de 32,38 millones de euros a partir de la venta de entradas (25,43 millones de euros), ingresos del aparcamiento (891.000 euros), venta de mercaderías (845.000), concesiones para restaurantes o para el uso de la marca (2,4 millones), cesión de la imagen o de las instalaciones (1,8 millones) y "otros ingresos" (un millón de euros). Pero las cuentas y los paralelos informes de auditoría reflejan algo más que el alza de ingresos. La auditoría operativa revela, por ejemplo, que los gastos de CACSA en 2006 ascendieron a 197,4 millones de euros. La nómina consumió 8,4 millones; los gastos de funcionamiento, el día a día, 35,2 millones; los gastos de gestión de la deuda y la amortización de la misma superaron los 80 millones; finalmente, las obras del Palau se llevaron otros 66,8 millones. Las pérdidas que anota el auditor alcanzaron los 45 millones de euros.

La sociedad había estimado en su presupuesto inicial para 2006 unos gastos de 154 millones que se dispararon hasta 197,4. Así, 20 millones de euros previstos para amortizaciones dejaron de consumirse el año pasado. Una factura que se acumulará a las millonarias amortizaciones previstas los próximos años.

El informe que firma Gassó Auditores distingue dos tipos de obligaciones a largo plazo que ha asumido CACSA. Por un lado, deudas a largo plazo con entidades de crédito que superan los 408 millones de euros y cuyos vencimientos exigirán un desembolso de 47,5 millones de euros en 2008; de 50,6 millones en 2009; de 33,5 millones distribuidos en los tres años siguientes; y de 310 millones en los años siguientes.

Por otro, el endeudamiento bancario a largo plazo derivado de "la operación de financiación estructurada para el proyecto en su conjunto" que arranca en 1999 y se amplía en 2001 hasta 608 millones de euros. Dos tramos de ese crédito sindicado, uno de 123 millones concedido a diez años en 1999 y otro, de 125 millones, concedido a ocho años en 2001, vencen en 2009. CACSA dispone en paralelo de una línea de crédito de 80 millones de euros que puede renovar cada cinco años.

El cuadro lo completan los 74,6 millones de euros que CACSA debe a todo tipo de proveedores a corto plazo.