Hallado un arsenal de ETA con bombas lapa

Los golpes a las líneas de suministro de armas y explosivos a ETA siguen dando frutos. La policía francesa localizó ayer en un garaje de Biarritz, la perla del País Vasco francés, un arsenal etarra abandonado. Los agentes que registraron la bajera han encontrado tres pistolas y dos bombas lapa listas para ser utilizadas y más de 100 kilos de explosivo, según fuentes de la lucha antiterrorista. El aparcamiento fue alquilado en febrero por un hombre de unos cincuenta años que pagó seis meses en metálico y por adelantado. Los investigadores sospechan que ese hombre podría ser Juan Cruz Maiza Artola, el jefe del aparato logístico, aunque el material estaría vinculado a José Antonio Aranibar, responsable de distribuirlo en persona a los comandos. Ambos fueron detenidos en Francia en julio.

El garaje subterráneo había sido alquilado en febrero por un hombre de unos 50 años, que lo tomó por un periodo de seis meses. El supuesto terrorista pagó los seis meses por adelantado y en metálico, según las fuentes consultadas. El alquiler concluía el 31 de julio. Se trataba de una plaza de garaje, con puerta de cierre propia, que a su vez estaba dentro del aparcamiento subterráneo de un bloque de pisos, cerrado con una cancela.

Sin embargo, el propietario no había vuelto a tener noticias de sus inquilinos, de si seguían utilizando su propiedad o la habían abandonado, por lo que denunció el impago a la policía. El hombre fue a comprobar si el garaje estaba ocupado y a gestionar o el pago de la siguiente mensualidad o la rescisión del contrato. Al entrar en el aparcamiento subterráneo, lo vio lleno de bidones, entre los que había armas. Por ello avisó a la policía que, tras echar un vistazo a la bajera, sita cerca del complejo Reina Victoria, en la avenida del mismo nombre, puso los hechos en conocimiento de la Dirección Nacional Antiterrorista de la Policía Judicial francesa, que se hizo cargo del zulo y de las pesquisas. El registro y el inventario de lo ocultado continuaba minuciosamente al cierre de esta edición.

Los agentes habían hallado tres pistolas automáticas (dos de la marca Browning y una Smith & Wesson, posiblemente procedente del robo de la armería de Vauvert), del calibre nueve milímetros parabellum, habitual en ETA, munición para estas armas, así como dos bombas lapa listas para ser utilizadas, a falta de colocar la ampolla de mercurio que hace contacto por movimiento.

Además, han sido hallados cinco bidones que contenían más de 100 kilos de cloratita "en avanzado estado de cristalización", es decir, que se estaba estropeando. También se ocultaban 15 kilos de azufre, 15 de pentrita (usada por ETA para aumentar la capacidad explosiva de la cloratita), tres bobinas de cordón detonante (distribuye y homogeneiza el estallido), 174 detonadores, 19 temporizadores, dos juegos de placas de matrículas falsas, herramientas y documentos sobre cómo fabricar bombas, así como un teléfono móvil.

Las autoridades francesas dieron cuenta inmediatamente del hallazgo a sus homólogas españolas, que se han sumado a la investigación sobre el zulo etarra. La primera providencia fue averiguar la identidad del hombre que alquiló la cochera. Los datos facilitados por el dueño del garaje apuntan a que el arrendatario era Juan Cruz Maiza Artola, considerado el jefe logístico de ETA, detenido en la localidad francesa de Rodez el pasado 26 de julio.

Sin embargo, el material ya sería una entrega efectuada por el aparato del anterior a José Antonio Aranibar, supuesto responsable de la logística del aparato militar, es decir, de recibir el material de la estructura dirigida por Maiza para entregarlo a los comandos.

El escondite de Biarritz, sito en una localidad desde la que puede llegarse a España por carretera en una media hora (unos 40 minutos la separan de San Sebastián), podría ser la dotación de un comando, bien ya entregada o lista para ello. El pasado 2 de julio fueron detenidos en Saint Jean de Pied de Port (Francia), a 15 kilómetros de la frontera con Navarra, tres terroristas que se encaminaban hacia España con un cargamento muy similar al ahora localizado en Biarritz (tres pistolas, gran cantidad de cloratita pero sin bombas lapa). El terrorista que les acababa de entregar el material era Aranibar.

Los servicios antiterroristas sabían que, a raíz de la detención de Juan Cruz Maiza y José Antonio Aranibar, dos fuertes golpes encadenados a la médula de las líneas de suministro etarra, la incertidumbre sobre los datos que podría haber obtenido la policía iba a permitir el hallazgo de escondites etarras. De hecho, confiaban en hacer hallazgos similares, en encontrar pisos y bajeras alquilados por ETA que habrían sido abandonados tras la captura de Maiza.

La abundante documentación hallada en su poder, además, ha abierto nuevas líneas de investigación. Los servicios antiterroristas están persuadidos de que Maiza Artola conoce la ubicación de los grandes arsenales de ETA, entre el que se encontraría el nuevo Chernóbil, es decir, el almacén principal de armas y explosivos de la banda.

Temores policiales

El hallazgo de las bombas lapa confirma los temores de que ETA prepara atentados precisos contra personas concretas. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad fueron advertidas a finales de junio sobre la posibilidad de que la banda preparara atentados mediante la colocación de bombas con dispositivos antimovimiento bajo coches de sus objetivos. El etarra Ander Mujika Andonegi, de 24 años, que el pasado 19 de julio escapó de un taxi en Torreblanca (Castellón) al avistar un control policial, dejó en el vehículo una mochila con material explosivo, entre el que se encontraban ampollas de mercurio.

El golpe pone de relieve cómo las ultimas operaciones antiterroristas, todas llevadas a cabo en estrecha colaboración entre la policía y la Guardia Civil y sus homólogos franceses, han supuesto el corte de las principales líneas de suministro etarra. No obstante, las fuentes consultadas están convencidas de que Garikoiz Azpiazu, Txeroki, supuesto jefe de los comandos de ETA, tiene en su poder un arsenal similar al hallado ahora en Biarritz o posiblemente superior. No obstante, parte de ese material podría también haber sido abandonado, sobre todo tras la detención, el pasado 2 de julio, de José Antonio Araníbar, uno de los hombres de confianza del anterior, justo cuando estaba haciendo una entrega a dos etarras.