¡Búsquese otra casa, George Bush!
AT&T emite una versión censurada de un concierto de Pearl Jam por criticar al presidente
"¡Búsquese otra casa, George Bush! ¡Deje tranquilo al mundo, señor Bush!". Los que asistieron el pasado domingo al concierto de la banda estadounidense Pearl Jam en el festival Lollapalooza de Chicago pudieron escuchar tranquilamente estas dos frases. Eran parte de una versión politizada de su tema Daughter, que la banda de Seattle cantó utilizando la sintonía de Another brick in the wall, de Pink Floyd, un clásico de la canción protesta. Pero quienes seguían el concierto a través de Internet se encontraron con una versión censurada de la retransmisión, de la que misteriosamente desaparecieron ambas frases.
La empresa de telecomunicaciones AT&T, propietaria de la web Blue Room, que como patrocinador del festival retransmitía en directo por Internet algunos de los conciertos, reconoció ayer que las frases habían sido eliminadas. No obstante, negó en un comunicado que se tratara de censura: "La edición del concierto de Pearl Jam no fue intencionada, sino un error de la empresa que contratamos para hacer el webcast y va contra nuestras regulaciones. Tenemos que seguir algunas directivas para evitar blasfemias excesivas, pero AT&T no edita ni censura los conciertos. Esas directivas se utilizan porque hay público de todas las edades con acceso a Blue Room. Lamentamos mucho el error y estamos trabajando para mostrar la canción entera en la web".
La compañía se defiende: "La edición de la actuación no fue intencionada, fue un error de la empresa que contratamos"
Pero para Pearl Jam se trata, simple y llanamente, de censura. "El problema de la censura y de la cantidad de poder que se les está dando a las grandes empresas nos preocupa, pero no sólo como artistas, sino también como ciudadanos. La actuación de AT&T tiene que ver, precisamente, con la preocupación general acerca del poder que tienen las multinacionales para decidir lo que el público puede ver y escuchar a través de los medios de comunicación", afirma la banda en su página web www.sonymusic.com/artists/PearlJam.
El conjunto no sólo se queja de la censura, sino que considera el episodio "una llamada de atención" respecto a lo que podría ocurrir en el futuro si se llega a aprobar un proyecto de ley que acabaría con la llamada net neutrality. Ésa es la ley que ahora garantiza que todos los contenidos que cuelgan de Internet reciben el mismo tratamiento y, por tanto, no hay trato preferente entre, por ejemplo, un pequeño blog y un gran periódico. Las grandes empresas de telecomunicaciones estadounidenses, entre las que está AT&T, quieren eliminar esa ley e imponer un procedimiento de pago que permita tasar a las webs para garantizar su presencia y su velocidad online. Sus detractores afirman que, si eso se aprueba, se acabarían favoreciendo los contenidos de las grandes empresas en detrimento del pequeño ciudadano, y conciertos como el de Pearl Jam podrían ser, tranquilamente, eliminados de la web. A eso se une el problema de que hay muy pocas compañías que ofrezcan acceso a Internet. Por tanto, si uno quisiera acceder a la web a través de otra empresa no podría hacerlo fácilmente. "Si una compañía que controla una retransmisión online (webcast) corta parte de nuestro concierto, los fans no tienen más remedio que ver la versión cortada", advierte Pearl Jam en su comunicado. Lo que ha pasado este fin de semana va mucho más allá de la censura a una banda de rock and roll".
Pero, al margen de lo que pueda ocurrir con la net neutrality, la censura no es nueva en el rock estadounidense. Pearl Jam ya la sufrió por parte de algunas radios en 2003, tras un concierto en el que criticó a Bush por invadir Irak, y lo mismo les ocurrió a las Dixie Chicks aquel año. Sus voces desaparecieron de las emisoras de country del país durante meses por la misma razón: atacar a Bush.
Antes del 11-S, la censura no era tanto de corte político como religioso o sexual. Los Beatles fueron censurados después de que en 1966 se malinterpretaran unas declaraciones de John Lennon sobre Jesucristo. Y el presidente Richard Nixon mandó en 1970 un comunicado a todas las radios para que ejercieran un férreo control sobre todas las canciones que, según la Administración, hablaban de drogas, como The Yellow Submarine, también de The Beatles.
En los noventa fueron el rap y sus contenidos violentos y sexuales los que fueron objeto de ataque. El grupo 2 Live Crew fue llevado a juicio por su disco Nasty as they wanna be, declarado obsceno por un juez de Florida y secuestrado de las tiendas. El caso llegó hasta el Tribunal Supremo, que acabó dándole la razón al grupo.
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