¿Navarra puede esperar?

Agradecidos tenemos que estar los navarros de que los socialistas les hayan dado otros cuatro años el Gobierno autónomo a la derecha. Si hemos esperado hasta ahora para desbancarlos, bien podemos esperar un año más: hasta las generales. O hasta que a algún lumbrera de la capital del reino (Madrid, por supuesto) le parezca estratégicamente acertado.

En este juego deprimente en que nos han sumido a los habitantes de esta comunidad autónoma uniprovincial, prometiéndonos el cambio, mareándonos con posibles pactos y, finalmente, entregando a los oponentes políticos el Ejecutivo foral, lo único que nos faltaba por oír es que lo han hecho por nuestro bien.

Lo que a mi entender ha quedado meridianamente claro es el visceralismo de su nacionalismo español que les hace, día sí y año también, ignorar y marginar cualquier cosa que huela a vasco. Yo también tengo mis dudas, como dice Juan Guerra [carta al director del pasado jueves 9], de que el PNV sea de izquierdas pero lo que sí se me ha clarificado es que el PSOE se entiende mejor (y lo prefiere en el Gobierno) con UPN que con los que se han ofrecido a hacer políticas sociales aparcando su identidad.