La caverna

Si "pug pug" es algo y "pug pug pug" es algo más, ¿cuánto será "pug ma"? ¿Mil? ¿Un millardo? Fatal: es el número uno. ¿Y "xep xep"? El dos. Mira, de carrerilla del uno al cinco: pug ma, xep xep, ebapug, ebadipdip y pug pogbi. Literalmente uno, dos, tus dos antebrazos más uno, tus dos brazos enteros, y un puñado. Sólo hay otros dos números: el 10 (xep xep pogbi, o dos puñados) y el 15 (ebapug pogbi, o tres puñados).

Escondidos del GPS y del calendario entre los meandros más anónimos del río Curucu, ignorados hasta por los pies de página de la infrahistoria, los mundukurú se desconectan cada vez más de un planeta cada vez más conectado, en una especie de experimento antropológico inverosímil. Stanislas Dehaene y sus colegas de la Unidad de Neuroimagen Cognitiva de Orsay aprovecharon hace dos años esas circunstancias para darse una vuelta por la caverna de Platón. ¿Qué geometría sabe quien ninguna ha aprendido?

Los mundukurú no tienen nombres para el cuadrado y el triángulo, ni para el ángulo recto y la paralela. Los niños no van a la escuela en ningún sentido relevante de ese término, y ni ellos ni sus padres han oído hablar jamás de escuadra, cartabón ni regla alguna. Las pruebas de Dehaene y sus colegas consistían en enseñar grupos de seis imágenes relacionadas. Por ejemplo, cada una de las seis imágenes muestra un par de triángulos de distinto tamaño y orientación, y se le pide a un chaval mundukurú que señale la imagen al intruso: la imagen "rara", o que "hace feo". El chaval es muy libre de elegir la quinta porque sus triángulos son muy grandes, la segunda porque son muy desiguales, o la primera porque no le gusta que apunten hacia los traicioneros rápidos del Curucu. Pero si elige la cuarta, que es la única en que los dos triángulos no imágenes especulares, el niño debe dominar el concepto de "simetría bilateral", por más que no tenga nombre que ponerle ni bibliografía que lo avale. Las mejores puntuaciones se pudieron ver alrededor de los conceptos centrales de la topología, como la idea de "conectividad" (lo que distingue un donut de un autobús) y la geometría euclídea: la línea, el punto, las paralelas, el ángulo recto. También manejan con facilidad las figuras geométricas básicas. No tienen problema, por ejemplo, para distinguir entre sí un cuadrilátero, un trapezoide, un paralelogramo, un rectángulo y cuadrado. También bien, aunque no tanto, puntúan en cuestiones de medidas relativas y simetría, como distinguir la quiralidad (si un objeto asimétrico es de "izquierdas o derechas"), equidistancia, distancia creciente y proporción fija. Pero hay dos pruebas que los mundukurú sí hicieron rematadamente mal. ¿Alguien adivina de qué pueden ir?