Phelps saca brillo a su espalda
El nadador roza los récords mundiales de 100 y 200 metros en los Nacionales estadounidenses
El nadador estadounidense Michael Phelps dio otra demostración de su inmensa calidad en los campeonatos de su país, del martes al sábado pasado en Indianápolis. En su camino hacia los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, quiso probar si es capaz de ganar diez carreras agregando a su repertorio dos de espalda. El resultado fue alentador. El de Baltimore rozó los récords mundiales de los 100 y los 200 metros espalda. Una proeza para alguien que nunca se dedicó especialmente a ese estilo. Phelps participó en ocho pruebas, ganó seis y suma ya 36 títulos individuales de Estados Unidos, sólo por detrás de nombres tan legendarios como los de Tracy Caulkins (48), Janet Evans (45), Tarzán Johnny Weismuller (38) y Charlie Daniels (37).
El dominio que Phelps ejerció en los 100 y los 200 espalda obliga a pensar en su candidatura a conquistar dos oros más de los previstos en los Juegos del año que viene. "Si puedo nadarlos, quién sabe si podría lograr diez oros", dijo al principio de semana en el Indiana University Natatorium. Y añadió: "Es mi último gran año para hacer algo grande en el deporte". El mocetón de 1,90 metros cumplió el 30 de junio pasado los 22 años, pero, tras los seis títulos olímpicos de Atenas 2004 y los siete mundiales del pasado marzo en Melbourne, cree que su ciclo de máximo rendimiento puede cerrarse en 2008.
Durante sus campeonatos nacionales, Phelps dejó de nadar el relevo largo de 4 x 200 libre y el sábado los 200 estilos, dos de las pruebas en las que ya no tiene nada que demostrar. Posee los récords mundiales, lo mismo que en el relevo corto de 4x100, los 400 estilos y los 200 libre y mariposa. Phelps domina tanto estas disciplinas que prefiere ampliar otros horizontes. Puesto en esta empresa, decidió atacar dos de las pruebas en las que busca más gloria: los 100 mariposa y los 100 espalda. En la primera se permitió derrotar a su gran rival y plusmarquista mundial, Ian Crocker, que además fue descalificado. Phelps, en uno de los duelos ya clásicos entre ambos desde 2003, hizo un último largo extraordinario, el más rápido de su vida. "Ahora ya sé que debo mejorar la otra mitad", comentó.
En los 100 espalda estalló. Con 53,01s hizo la segunda mejor marca de la historia, a sólo tres centésimas del récord que impuso su compatriota Aaron Peirsol en Melbourne con 52,98s. Un suspiro. Está a su alcance. Bob Bowman, su entrenador, lo dijo: "Puede ir más rápido porque no ha preparado esta prueba específicamente".
Phelps sólo se rodó el primer día en los 200 braza, su peor estilo, y ni se clasificó para la final. Tampoco ganó los 400 libre, que se le resisten, y fue tercero. La espalda fue su preferida esta vez. Si en los 100 amenazó la plusmarca de Peirsol, en los 200 quedó también al borde de superar el récord del también norteamericano Ryan Lochte, logrado igualmente en los Mundiales australianos. Phelps hizo 1m 54,65s, apenas a 33 centésimas de la plusmarca. El tercer tiempo de la historia. Lochte, hundido por su ritmo, sólo fue cuarto con 1m 59,11s.
El club de Phelps, el Wolverine, de Ann Arbor (Michigan), ganó los Nacionales. Faltaría más.
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