Un gallego orgulloso de su madre... y del Chelsea
Manny Fontenla-Novoa lleva ya tantos años en Londres que prefiere hacer la entrevista en inglés. Pero cuando habla castellano se nota su origen gallego. "Lo importante es que sólo tengo pasaporte español", advierte con orgullo para dejar claro que patria no hay más que una. "Nací en Galicia, en un lugar llamado Cuntis, Pontevedra", explica. "Era uno de cinco hijos. Mi padre tenía un negocio con problemas. Mi madre es una mujer increíble, una de las personas más increíbles que he conocido en mi vida. He tenido la suerte de conocer a mucha gente pero mi madre es alguien increíble. Intentó salvar la familia y el negocio, como típica mujer gallega. Vino a Inglaterra a trabajar de sirvienta para enviar dinero a casa. Pero el negocio se hundió y mi padre también vino a Inglaterra. Yo vine en 1965, cuando tenía 11 años". Su madre aparece muchas veces en la conversación. Ahora, ya viuda y con los 80 cumplidos, vive en España.
Manny trabaja desde que llegó a Inglaterra, aunque entonces era ilegal el trabajo de menores de 13 años. Su infancia no fue fácil. "Crecí en un ambiente fantástico y disfruté muchísimo, pero con momentos muy tristes también", reconoce. Se crió en Fulham, oeste de Londres, "antes de que se convirtiera en un barrio pijo", y estudió en el vecino Chelsea "pero en una escuela muy cutre", aclara. Fue entonces cuando se hizo hincha del Chelsea: una pasión que le permite ahora soltar el fin de semana la tensión acumulada de lunes a viernes.
Con 16 años empezó a trabajar de camarero en el hotel Claridges. Allí llevaba el carrito de los postres y un día sirvió a Frank Sinatra. Luego tuvo la oportunidad de entrar a trabajar en Barcklays Bank o en Thomas Cook. "Lo lógico es que eligiera Barcklays porque era un empleo más seguro, pero elegí Thomas Cook. No me pregunte por qué. No lo sé. Fue una cuestión instintiva".
Allí estuvo 16 años, en el departamento de finanzas. Pero decidió dejarlo "para conocer otra cultura, otra organización, crecer un poco más, ponerme a prueba". Y se fue a ILG (International Leisure Group), el segundo tour operador del Reino Unido. "Era un entorno muy diferente. Pasé de tomar decisiones de manera muy formal a tener que tomarlas al instante, teléfono en mano, confiando en tu intuición. Fue un gran cambio para mí y para mi familia porque nos tuvimos que mudar al norte de Inglaterra, que es un lugar muy diferente". ILG se hundió al cabo de dos años y Fontenla-Novoa y otros directivos, con el apoyo de Miguel Fluxá, se quedaron el negocio de tour-operador y fundaron Sunworld. Fue un éxito tan grande que la alternativa era crecer o ser absorbido. Y les compró Thomas Cook. Manny volvió a casa por la puerta grande.
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