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Reportaje:

La sombra de la Camorra se alarga en la Costa del Sol

El arresto de cinco mafiosos en Marbella ilustra los intereses de los clanes italianos en la zona

Andrea Rizzi

Costa Nostra. Así se refieren a la Costa del Sol en algunos barrios de Nápoles. Los primeros desembarcos de afiliados a la mafia napolitana en Marbella y alrededores se remontan a hace muchos años. Puñados de camorristas llegaban, huyendo de algún ajuste de cuentas interno, de la presión policial italiana, o buscando oportunidades para blanquear capitales en el sector inmobiliario. Pero investigaciones a ambos lados del Mediterráneo -España e Italia- están dejando cada vez más claro el sentido actual y completo del concepto Costa Nostra: su centralidad logística en el tráfico de droga gestionado por los clanes de la Camorra.

La investigación que ha llevado a la detención hace unos días en Marbella de Pasquale Mazzarella y otros cuatro presuntos miembros del clan homónimo -una potente familia asentada en el centro y en el este de Nápoles- ilustra de manera paradigmática la actividad de los camorristas en la zona. Apoyándose en la infraestructura ofrecida por una red integrada por ciudadanos marroquíes, los napolitanos permanecían en la sombra y canalizaban hacia Italia toneladas de hachís, como las 2,5 que fueron incautadas en la operación que se cerró con su detención.

"Las familias suelen elegir un representante para las zonas clave de las rutas de la droga, como es España, para garantizar que el abastecimiento se produzca de manera ordenada", explica Vittorio Pisani, jefe de la brigada móvil de la policía de Nápoles. A diferencia de la mafia siciliana, que tiene una estructura piramidal, la camorra napolitana es una realidad muy fragmentada. Así, cada familia o agrupación actúa por su cuenta, tiene sus enviados.

Pasquale Mazzarella, de 29 años, barriga prominente, era según los investigadores españoles el representante en Marbella de su clan. Una familia, los Mazzarella, cuya fuerza criminal puede deducirse de una reciente operación policial llevada a cabo en su contra en Nápoles y cerrada con 200 detenciones. Hasta se descubrieron videocámaras instaladas por los mafiosos en la calle para controlar las plazas clave de su narcotráfico.

Pero en la Costa del Sol las familias no tienen logística, sólo representantes. Por eso, se apoyan en infraestructuras asentadas en la zona. Además de los cinco italianos, el Equipo contra el Crimen Organizado de la Guardia Civil de Málaga, dependiente de la Unidad Central Operativa, detuvo a otras nueve personas, seis de ellas marroquíes, e incautó bienes -entre ellos, 7 inmuebles y 60 vehículos- por un valor de cinco millones de euros.

La red marroquí que colaboraba con los Mazzarella disponía en Ceuta de embarcaciones que servían para el transporte de la droga y de una compañía de alquiler de coches creada hace unos seis años, en pleno centro de Marbella, que facilitaba vehículos bajo falso nombre. Coches buenos para llevar la mercancía a Italia. "Las cuatro ruedas son la vía habitual de transporte de España a Italia, normalmente, a través de conductores sin antecedentes penales", señala Pisani.

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Los coches de la Reale Car, en todo caso, no servían sólo para los camorristas. Según señalan fuentes de la investigación, recurrían a sus servicios malhechores de media Europa. Cuatro sociedades ficticias se ocupaban luego de blanquear los capitales sucios logrados por los marroquíes con sus actividades criminales. De los capitales de los italianos, en cambio, no se encontró ni el rastro.

En un rasgo muy típico, según los investigadores españoles, de las actuales transacciones de tráfico de droga, Mazzarella nunca financiaba totalmente partidas de droga. El hombre cofinanciaba, dejando que los propios marroquíes pusieran dinero y gestionaran parte del cargamento, en una especie de estrategia de reparto de riesgo que también garantiza la máxima implicación de los colaboradores.

Mazzarella -que vivía sin lujos, viajaba a veces a Italia y siempre negociaba a través de uno de sus lugartenientes- tenía probablemente otros elementos para fiarse y colaborar con la red marroquí: en ella figura una mujer, también detenida, con antecedentes penales en Nápoles por tráfico de droga. Quizá allí pudo establecerse un contacto. Ella es precisamente quién, en el registro mercantil, figura como titular de la Reale Car.

Los Mazzarella no desdeñan trabajar con mujeres, como demuestran las decenas de detenidas en la redada que realizó la policía italiana en marzo, tras tres años de investigaciones que indicaron con fuerza lo que la detención de Pasquale y los suyos confirma: la ruta española es el corazón del tráfico de droga gestionado por la Camorra, además de un terreno propicio para el blanqueo de capitales. Muchos expertos consideran que el espectacular crecimiento de billetes de 500 euros en circulación en España, que ya representan la cuarta parte del total en Europa, es de achacarse a las operaciones sucias de las mafias. No sólo las italianas, por supuesto.

Francesco Mazzarella, padre del jefe del clan, asesinado en 1998 en Nápoles.
Francesco Mazzarella, padre del jefe del clan, asesinado en 1998 en Nápoles.REUTERS

La familia que une Nápoles, Palermo y Marbella

Los Mazzarella son una familia de alto linaje mafioso. "Son un clan histórico, importante, cuyos primeros líderes eran familia de sangre de Salvatore Zaza, embajador de la mafia siciliana en Nápoles", comenta Vittorio Pisani, jefe de la brigada móvil de la policía de Nápoles. "Fueron responsables del comienzo de importantes guerras de mafia y su líder Ciro mantuvo durante tiempo la contabilidad del reparto de contrabando entre mafia siciliana y napolitana", prosigue el investigador italiano.

Es un clan violento, que mantuvo un papel muy activo en la última guerra de alianzas en Nápoles y al que se responsabiliza de decenas de asesinatos, en muchos casos de inocentes. El pasado jueves murió asesinado un chico de 21 años, sobrino de un miembro del clan que decidió arrepentirse y colaborar con la justicia.

La presencia de la familia mafiosa en la Costa del Sol se remonta por lo menos a los años noventa. En 1998 fue detenido en Marbella Gennaro Mazzarella, un capo de primera magnitud del grupo.

Naturalmente, los Mazzarella no son los únicos en aprovechar la posición estratégica de la Costa del Sol, escondidos entre miles de turistas extranjeros y a poca distancia de las costas de Marruecos. Las decenas de arrestos de camorristas en esa zona lo indican.

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Sobre la firma

Andrea Rizzi
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).

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