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Entrevista:M. Á. REMACHA | Director de Cercanías | Servicios públicos en precario

"Cercanías tenía 155 trenes en 2000 y así siguió hasta 2005"

Miguel Ángel Remacha dirige el servicio de Cercanías de Renfe desde noviembre pasado. No gana para sustos. El último, la avería anteayer de un tren con más de 500 personas a bordo a las que se tardó, por motivos diversos, más de dos horas en rescatar. La operación provocó un colapso en toda la red ferroviaria. Afectó a 90 trenes y 24.000 usuarios. Pese a todo, es optimista. Sostiene que la mejora se verá en octubre y señala como una de las principales causas la falta de trenes. En 2000 había 155 cercanías; en noviembre de 2005 seguía habiendo los mismos. Y cinco años más viejos.

Pregunta. Hoy también hay retrasos.

Respuesta. Hoy, en vez de las cinco vías que operan en Sants, hay sólo tres por las obras del AVE. Esto hace que arrastremos algunos retrasos. Basta con que un tren lleve un pequeño retraso para que afecte a todos los demás.

Ha habido un rosario de problemas y se ha creado la sensación de que esto no tiene solución

P. Desde hace un año no ha dejado de haber percances.

R. El tiempo juega contra Renfe. Somos los primeros en querer soluciones inmediatas, pero algunas requieren tiempo. Confluyen las obras del AVE que limitan los servicios de Cercanías. Han afectados sobre todo a la línea del aeropuerto y la de entrada sur junto al mar.

P. ¿El panorama?

R. La infraestructura no es fiable. Para el horario, no para la seguridad. Si no hay vía no hay tren. Luego viene el tren. Hace falta un número suficiente para satisfacer la demanda.

P. ¿Los hay?

R. Ahora no tenemos infraestructura para poner más trenes, pero sí para trenes con más capacidad, y eso es lo que estamos haciendo. Durante años se han tenido los mismos trenes. En 2000 había 155 trenes, los mismos que siguió habiendo hasta noviembre de 2005. Aumentaban los viajeros, pero no los trenes. Ahora hay 182.

P. ¿De verdad mejora?

R. En junio reclamaron 34.000 personas; en julio, 31.000. No fueron los únicos afectados, pero la tendencia era a la baja. Entre esa cifra y los 200.000 afectados mensuales hay gran diferencia. No todos sufren un retraso.

P. El usuario percibe que los retrasos son inmensos.

R. Sí. Por la acumulación. Pasan los meses y se acumulan los factores. Junio fue razonablemente bien hasta el 22. Ese día descarriló un Euromed y lo bloqueó todo. Nos destrozó. En julio volvíamos a remontar, pese a las obras, y en la última semana tres problemas. Lo que la gente ve es que se suman los problemas. No es fácil explicar la complejidad del proceso. Y en los últimos meses ha habido un rosario de problemas y se ha creado la sensación de que esto no tiene ya solución.

P. ¿La tiene?

R. Sí.

P. ¿En qué plazos?

R. Primero, cuando termine la agrupación nueva de las vías de ancho ibérico en Sants. En octubre, espero que incluso antes. Esto dividirá la estación de Sants: ocho vías para ancho ibérico y seis para la alta velocidad, y nos permitirá actuar con más eficacia.

P. ¿Y la llegada del AVE?

R. Tras el 21 de diciembre se podrán poner más trenes en la línea del Garraf, cuando los de largo recorrido dejen estas vías. Al menos uno más por hora y, además, repartir el resto con frecuencias homogéneas. Puede surgir un problema de ajuste, pero tendremos instalaciones nuevas y tiene que funcionar de maravilla. Una vez tengamos frecuencia, no tendremos que hacer depender a los viajeros del horario. Aquél sabrá que hay un tren cada X minutos. Luego se mejorará el servicio de señales. Esto permitirá pasar de los 20 trenes por hora que soportan los túneles a 23 o 24.

P. La gente se queja de falta de información.

R. Ahora tenemos buena información normal (paradas, destinos) en los trenes y podemos informar de las incidencias en las estaciones, pero no a la inversa. Antes de final de año esto tiene que cambiar y en el primer trimestre de 2008 se tiene que poder informar de todo en las estaciones y en los trenes. En el tren que se averió anteayer, la mitad del convoy no pudo recibir información.

P. Ya es desgracia.

R. Hubo muchas desgracias. Se produjo primero una avería (una especie de cortocircuito) y luego otra en el frenado. Y no se pudo sacar de allí al pasaje porque tenemos un sistema para comunicar trenes paralelos, pero se paró en una zona más elevada que la otra vía. Unos 50 minutos más tarde había seis mecánicos en el tren. Cuando pudimos llevarlo a Sants se volvió a averiar.

P. Nadie había dado la voz de alarma diciendo que Barcelona iba hacia el caos.

R. Alguna debió haber, pero el problema en los trenes es que desde que se toma una medida hasta que se aplica pasa mucho tiempo. Pero de verdad que el futuro tiene que ser mejor porque hay trenes encargados y nuevas infraestructuras en construcción. Lo de ayer no tiene que volver a pasar.

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