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Amsterdam saca a la calle policías gays para frenar la homofobia

Una de las capitales homosexuales de Europa se enfrenta a un aumento de las agresiones por orientación sexual en los barrios 'de ambiente'

Isabel Ferrer

"Roze in het Blauw", "Rosa sobre Azul", es el nombre elegido por la patrulla de la policía de Amsterdam especializada en agresiones contra homosexuales. Rosa, por el color distintivo del colectivo gay. Azul, como sinónimo coloquial de agente del orden. Compuesta a su vez por efectivos homosexuales -gays y lesbianas- y bisexuales, la patrulla ha contabilizado en los últimos meses un aumento de las agresiones de esta índole. Además de perseguir a los asaltantes, los agentes tratan de crear un clima de confianza que facilite las denuncias de víctimas que temen ser ridiculizadas en la comisaría.

Con una dotación de 30 agentes, la patrulla sale de ronda por las noches, por parejas, de uniforme y con folletos informativos donde anima al público a comunicar las agresiones padecidas por culpa de la orientación sexual. Los policías no ocultan su tendencia personal, al contrario, y ofrecen unas gacetillas donde pueden leerse, en cinco idiomas, frases como ésta: "Si usted ha sido molestado, discriminado o maltratado por ser homosexual y bisexual, acuda siempre a la policía". Para los reticentes a denunciar por miedo, la comisaría central de Amsterdam dispone de un servicio telefónico de 24 horas. Atendido por la agente Marya Lust, su tarea consiste en convencerles de que no se avergüencen de lo ocurrido y hacerles saber que su interlocutor, miembro de su colectivo en la vida privada, les escuchará sin asombro. "Llevamos los folletos a las zonas de encuentro de homosexuales en Amsterdam. Ésta solía ser la capital gay de Europa por la convivencia pacífica. No queremos que cambie. Pero en lo que va de año ha habido ya 18 denuncias de homosexuales agredidos. En todo 2006 recibimos sólo 16", señala Lust.

"A los gays suelen pegarles. A las lesbianas, las insultan", dice una agente

Según sus datos, hay diferencias esenciales entre las agresiones padecidas por hombres, en general con golpes y rotura de huesos, y mujeres. "A los homosexuales masculinos pueden pegarles varios violentos. A las lesbianas, las insultan: a una pareja que cenaba en una terraza, les escupieron".

El perfil del asaltante está menos definido. Ha habido agresores blancos, tanto autóctonos como extranjeros, y holandeses de origen magrebí. "La mayoría es gente con poca formación", continúa. Aunque la patrulla y la red que la recoge surgieron en 1998 en Amsterdam, aún es la única de su clase del país. Sí existe la posibilidad de ser atendido por un agente homosexual, llamado si se efectúa una denuncia en otros lugares. "El aumento de esta violencia es inquietante. Como policías especializados podemos hacer que el ciudadano sepa que recurre a un agente más cercano", asegura Lust.

En España sólo hay una brigada específica de policías gays en Sitges (Barcelona), uno de los destinos turísticos de este colectivo. Como en Amsterdam, las ONG españolas afirman que ha habido un aumento de las agresiones, debidas, en parte, a la mayor visibilidad de gays y lesbianas. En el último mes, varias asociaciones han denunciado al menos cinco agresiones a miembros de este colectivo en Gandía (Valencia).

La última coincidió con la celebración de la fiesta del Orgullo en la playa, el pasado 28 de julio. Cinco jóvenes, varios de ellos menores, fueron insultados y golpeados por tres personas de estética "neonazi". Las policías Nacional y Local han abierto una investigación y el Ayuntamiento, gobernado por los socialistas, ha anunciado que se personará como acusación en los tribunales y creará un departamento municipal específico para erradicar la homofobia, informa Eva Batalla.

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