CiU pierde la presidencia de la Diputación de Girona tras 28 años de gobierno

La Diputación de Girona se constituyó finalmente ayer. Lo hizo un mes y medio después de anunciarse el pacto entre republicanos y socialistas para gobernar la entidad supramunicipal y tras el retraso originado por un recurso interpuesto por Convergència i Unió (CiU) para impedir que los votos de las listas independientes computasen como de Esquerra Republicana (ERC) y el Partit dels Socialistes (PSC). El acto de constitución puso fin a 28 años de gobierno de la federación nacionalista, 20 de los cuales con mayoría absoluta y desde 2003 con apoyo de ERC.

El republicano Enric Vilert obtuvo el apoyo de los seis diputados de su grupo y de los nueve del PSC para convertirse en el nuevo presidente de la Diputación, en sustitución del convergente Carles Pàramo. Vilert, que es alcalde de Vilablareix (Gironès), aseguró que accede al cargo con ánimo de "cambios" y que se centrará en un "municipalismo no paternalista" para prestar servicios y apoyar a los ayuntamientos de las comarcas de Girona. Después de la toma de posesión de cargos y los juramentos llegó el turno de los discursos, momento que aprovecharon los diputados del PSC y CiU para lanzarse críticas y acusaciones.

La portavoz socialista, Maria Teresa Ferrés, criticó que los convergentes "paralizasen" las funciones de la institución con recursos en los tribunales, un proceso judicial que fue desestimado el pasado 20 de julio por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

Por parte de la federación nacionalista, Jaume Torramadé calificó el acuerdo entre ERC y el PSC de "profundamente injusto" y cargó contra los socialistas por ofrecer la presidencia a ERC. "Es un acto de desesperación que les invalida para presidir en un futuro la Diputación", aseguró Torramadé.

Ayer también se aprobó el cartapacio de la institución supramunicipal, que incorpora como novedad la creación de la figura de cuatro directores de área como cargos de confianza.