Prieto rechaza dimitir tras fracasar en su asalto a la Diputación de Álava
El PSE buscará intercambiar apoyos con el PNV en las instituciones
Juan Carlos Prieto, secretario general del PSE-EE en Álava, rechazó ayer considerar un "fracaso" su frustrado intento convertirse en diputado general de Álava, tras haber anunciado que tenía los apoyos necesarios. En sus planes no figura "la dimisión" y sí el entendimiento con el PNV para garantizar, con "proyectos concretos", la gobernabilidad tanto en el Ayuntamiento de Vitoria, en manos socialistas, como en la Diputación, en poder del PNV.
Dos días después de su derrota en las Juntas Generales de Álava frente al nacionalista y ya diputado general, Xabier Agirre, el líder socialista compareció en Vitoria ante los medios de comunicación. Y lo hizo atrincherándose ante cualquier cuestionamiento de una estrategia negociadora que resultó fallida para sus intereses. Prieto, que había asumido personalmente todas las gestiones, se negó a admitir errores de cálculo o imprevisión, a la vista de los resultados obtenidos. Tampoco aceptó falta de coordinación entre los responsables provinciales, autonómicos y nacionales de su partido, sino únicamente los "riesgos" de su apuesta.
El secretario de los socialistas alaveses, que compareció solo, dijo que su estrategia estuvo dentro de la línea marcada por su partido de ser alternativa al Partido Popular después de ocho años de gobierno. Aseguró que había alcanzado un acuerdo con los dos junteros de EB y Aralar, que le hubiera situado al frente de la Diputación, pero que inutilizá el anuncio de ANV de que votaría al PNV si era necesario para que no saliera él. Sin embargo, Aralar discrepó ayer de la versión de Prieto y aseguró en un comunicado que nunca hubo tal acuerdo por su parte.
Agirre salió finalmente elegido el pasado jueves en segunda vuelta, pese a ser el candidato de la tercera fuerza más votada en las elecciones, gracias al apoyo de sus catorce junteros y los dos de EA. Prieto sumó a los 14 votos del PSE el de EB, mientras el PP se quedó con sus 14 junteros.
"No lo contemplo"
Prieto, que respondió a la pregunta sobre su dimisión con un "no lo contemplo" y un "no obedece a nada", volvió a recuperar el mismo argumento que utilizó en el pleno de investidura: la deuda de de "generosidad" que tendría el PP con los socialistas, por el apoyo de estos en las dos últimas legislaturas. "Era totalmente inviable que el PSE pudiera poner sus votos cuatro años más al servicio de un proyecto de la derecha", señaló. Asimismo, para despejar que hubiera críticas internas por el fiasco, aseguró que muchos votantes socialistas han acudido al partido a trasladarles que su posición fue la correcta.
La intervención de Prieto previa a las preguntas de la prensa, quiso abrir puertas al futuro y apostó por la estabilidad en la Diputación alavesa y el Ayuntamiento vitoriano, donde su compañero Patxi Lazcoz gobierna en minoría. "Vamos a trabajar por el entendimiento con el PNV sin excluir a nadie", aseguró. Su ofrecimiento lo adornó con frases como "superar trincheras" o "flexibilidad para acordar con el diferente". El límite a los acuerdos los colocó en el respeto a las reglas de juego. Afirmó que su partido es "autonomista, constitucionalista y progresista", que no se cierra a ninguna modificación normativa, pero siempre "desde el respeto a las reglas". En todo caso, circunscribió los acuerdos a "proyectos concretos" y dijo que llevará tiempo superar los problemas de relación creados en los últimos años con el PNV.
La certeza de que la necesidad de apoyos mutuos puede ayudar a resolverlos la apuntó desde el PNN su portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka. En una entrevista en Radio Euskadi, Erkoreka apostó por intentar un acercamiento con los socialistas. Afirmó que hay "bases de cara al futuro" para permitir que ambos partidos puedan gobernar en las instituciones que dirigen en Álava.
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