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A TOPE
Columna
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Opinando

Todos los lunes participo en el programa de la SER La ventana en una tertulia de actualidad conducida por María Guerra y en la que tengo al director de cine José Luis Cuerda como compañero comentarista. Muchas veces hablamos de cine, pero también acerca de la actualidad más candente (el cambio del Gobierno, por ejemplo) o de la típica noticia curiosa (Carlos de Inglaterra le regala dos ovejas a Camilla por su cumpleaños).

Como no podía ser de otra manera, el pasado lunes nos tocó comentar el secuestro de la revista El Jueves y lo único que pude decir es algo parecido a esto: "He intentado tener una opinión algo estrambótica y original sobre el tema, pero lo siento, no se me ha ocurrido nada... Ha opinado ya tanta gente que no puedo decir nada nuevo". Después del programa había algo que no dejaba de rondarme la cabeza: ¿es necesario tener una opinión formada de todo? Ves los debates de televisión, oyes las tertulias de la radio y escuchas un torrente de opiniones acerca de los temas más variados. Eso me marea. No puedo creerme que haya alguien capaz de hacer valoraciones de la política exterior de Venezuela y al mismo tiempo hacer una apostilla sobre la paternidad de Pipi Estrada. A mí esto me supera. Sinceramente, no tengo opiniones para todo.

Recuerdo que leí una entrevista al escritor Luis Landero donde decía que en España se opinaba mucho y se pensaba poco. Creo que tenía toda la razón del mundo. En las valoraciones de estas tertulias de actualidad no cabe ni la reflexión o, lo que es peor, no hay espacio para la duda. Nunca he visto a un tertuliano dejar a un lado su vehemencia y soltar un "no lo sé". Siempre aparentará poseer una autoridad brutal a la hora de sentar cátedra sobre un tema. Por otro lado, estas opiniones siempre lo alinean en un bando u otro, reduciendo las posiciones a dos: a favor o en contra. ¿Está usted a favor o en contra del secuestro de la tirada de El Jueves? ¿A favor o en contra de la nueva ley del Cine español? ¿Negociación o medidas policiales?

Mi color favorito es el gris. Y no solo porque me guste vestir de gris. Es también porque intento tener opiniones bastante relativas acerca de cualquier tema. Bien es cierto que algunos casos soy tajante, pero el "sí pero no, sino más bien todo lo contrario" es algo que suele salir de manera bastante frecuente de mi boca. En muchos sitios a esto se le llama "ambigüedad", pero en mi caso puedo asegurar que se trata de falta de criterio o duda. ¿Qué opina del dopaje en el ciclismo? Pues ni idea. Parece un deporte duro de narices y seguro que no hay manera de subir esas montañas sin meterse algo. ¿Qué piensa de la detención de El Solitario? Opino más bien poco. Me alucina su foto policial donde levanta un pulgar y sonríe a cámara, pero más allá de eso...

Podría seguir así horas planteándome temas sobre los cuales se opina sin parar y que no tengo una opinión formada. Menos mal que poseo una cualidad que te salva de estas situaciones en que no tienes nada que decir y tiras para adelante. Se llama "verborrea" y es el arte de hablar mucho sin decir nada. Y eso se lleva mucho ahora.

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