Rusia ambiciona el Polo Norte
Una expedición científica reclama más aguas territoriales para Moscú
La nave Académico Fiódorov, con una expedición al Polo Norte que tiene como objetivo explorar el fondo marino, reanudó ayer su periplo después de que el miércoles pidiera socorro debido a un desperfecto en el motor de una hélice. Esta expedición se lleva a cabo dentro del programa del Año Polar Internacional, el más importante acontecimiento científico dedicado al Ártico y la Antártida, en el que participan especialistas de 60 países. Pero el programa ruso en general, y esta expedición en particular, tienen también otro objetivo: comprobar si Moscú puede aspirar a ampliar sus aguas territoriales.
Los rusos consideran que la cadena montañosa submarina que lleva el nombre de Lomonósov es una continuación de su plataforma continental, pero Canadá y Dinamarca sostienen que la Lomonósov Ridge forma una continuación de sus masas continentales. La cadena divide el Ártico y se extiende a lo largo de 1.800 kilómetros, desde las Nuevas Islas siberianas de Rusia, a través de la parte central del océano, por el Polo Norte y hasta la isla canadiense Ellesmere y hasta Groenlandia. Su anchura está entre 60 y 200 kilómetros.
Los rusos, al igual que los canadienses y daneses, quisieran poder reclamar derechos sobre los recursos del suelo marino en una zona más amplia que la comprendida en la zona económica de 200 millas náuticas. Se supone que el fondo marino ártico es muy rico en hidrocarburos, y los altos precios del gas y el petróleo han provocado un renovado interés en investigar esa región y controlar sus recursos.
El Académico Fiódorov zarpó de Múrmansk el martes, acompañado del rompehielos nuclear Rossía (Rusia), lleva a bordo los batiscafos Mir-1 y Mir-2 y debe llegar el domingo a la zona del Polo Norte. Serán estos minisubmarinos los encargados de explorar el fondo marino bajo el polo. En la nave, que también lleva dos helicópteros, viajan más de 100 personas. "Por primera vez en las expediciones rusas al Ártico batiscafos tripulados realizarán inmersiones de más de 4.000 metros de profundidad en la zona donde convergen los meridianos en el hemisferio Norte", declaró Artur Chilingárov, científico explorador del Ártico y vicepresidente de la Cámara de Diputados rusa. Chilingárov descenderá a las profundidades marinas junto con su colega, el parlamentario Vladímir Grúzdev, y con el científico Anatoli Sagalévich.
Durante la inmersión, los científicos piensan dejar en el fondo del océano Ártico una cápsula de titanio con una bandera de Rusia y un mensaje para las generaciones venideras.
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