PSOE y BNG ultiman el pacto de gobierno bipartito en Pontevedra

Dos meses de negociaciones han sido necesarios para que nacionalistas y socialistas lleguen a las puertas de un pacto que ha convertido a Pontevedra en el escenario de un "largo culebrón de verano", como lo definió la portavoz del PSOE, Teresa Casal. Fue ella la encargada de anunciar en solitario la noticia de la "inminente" firma una vez se ultimen, esta misma mañana, los detalles "político-programáticos" pendientes.

Fue durante un encuentro el pasado sábado en el edificio consistorial cuando ambas partes confirmaron un cambio en el proceso. El Bloque, según el alcalde Miguel Anxo Fernández Lores, advirtió que por fin se daban las "condiciones adecuadas" para el avance, en tanto Teresa Casal reconoció que percibió, "por primera vez, una evidente sensación de que había voluntad de diálogo". Ninguno ha querido profundizar en cuál fue el detonante de esa repentina complicidad ausente durante estos casi 60 días salpicados de fricciones.

Casal apuntó que "ahora toca hablar del futuro y por eso no vamos a remover lo sucedido durante estos dos extraños y sorprendentes meses". Si bien no ha trascendido cuáles fueron los obstáculos que atoraron el camino, fuentes próximas a la negociación declararon que, tanto la cuestión urbanística como la incompatibilidad de los programas electorales, centraron los desencuentros.

Los socialistas han volcado en todo momento la responsabilidad de este retraso en sus inminentes socios de gobierno. Lo matizaron a lo largo del proceso y lo destacaron en los momentos de mayor tensión, como cuando Lores anunció un "paréntesis" de 15 días al entender que el acuerdo no estaba aún "maduro". Entonces Teresa Casal manifestó su indignación por los pasos en falso del BNG que hasta en tres ocasiones habría dado marcha atrás.

Dedicaciones exclusivas

Durante los últimos días han sido varios los indicios del avance. Incluso en el último pleno celebrado el pasado viernes, el líder del PP, Telmo Martín, ante la afinidad entre socialistas y nacionalistas sugirió la existencia de un compromiso que todavía no se había hecho público y que se plasmó, por ejemplo, en la propuesta del PSOE para aprobar el salario del alcalde (64.700 euros) que, en clara minoría y con sólo siete concejales (frente a los 12 del PP y los 6 del PSOE), experimentó la debilidad de su gobierno al intentar sin éxito sacar adelante las dedicaciones exclusivas en el primer pleno de la legislatura.

A partir de ahora y una vez rubricado el documento, el bipartito podrá aprobar las retribuciones previstas que podrían alcanzar a un total de 16 ediles: los 13 integrantes del gobierno de coalición y los tres que les corresponderían al PP, según la proporción de una dedicación exclusiva por cada cuatro representantes.

Un trámite que permitirá a la portavoz socialista Teresa Casal volver a pedir la excedencia en la UNED, donde tuvo que incorporarse hace unos días, igual que los hasta hoy integrantes del gobierno en minoría que durante estos dos meses han tenido que compatibilizar sus ocupaciones laborales con el trabajo en el ayuntamiento. Aunque sin duda el caso más llamativo fue el de Miguel Anxo Fernández Lores, que a punto estuvo de volver a pasar consulta en el ambulatorio Virgen Peregrina.