Lindsay Lohan, reincidente
La actriz fue detenida en el centro de Beverly Hills por conducir ebria y poseer cocaína
Será la edad, será el verano o la insoportable levedad del ser Lindsay Lohan, pero el caso es que la actriz, que acaba de cumplir 21 años, no parece ser capaz de dejar la botella ni la cocaína. Hace apenas diez días que salió del centro de desintoxicación Promises, - por donde Lohan ya pasó en enero- y el lunes ya estaba otra vez visitando la comisaría local por conducir borracha y meterse cocaína.
Según la prensa de Los Ángeles, Lohan fue arrestada pasada la medianoche tras perseguir con su coche a la madre de su asistente, quien acababa de despedirse tras una bronca con la actriz. La madre se asustó y decidió llamar a la policía, que paró a Lohan en el centro de Beverly Hills y se la llevó al cuartelillo. Allí dio positivo en el test de alcoholemia y en el de posesión de drogas: al registrarla, apareció en su bolsillo una papelina de cocaína. El delito es aún mayor porque Lohan, al igual que Paris Hilton, tenía su licencia de conducir suspendida. Hace apenas una semana que confesó haberse estrellado con su coche el 26 de mayo y haberse dado a la fuga. Para no pasar la noche en el cuartelillo Lohan tuvo que pagar una fianza de 25.000 dólares, pero al juicio que ya tenía pendiente por el accidente de mayo se unirá ahora el del arresto del lunes, cuya sentencia podría incluir pasar una temporada en la cárcel, emulando otra vez a su ex amiga Paris Hilton. Lohan estrena este viernes la película I know who killed me (Yo sé quién me mató). Si las taquillas sufren la resaca de esta noticia, Lohan también sabrá quién las mató.
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