"Cuando llueve me lo paso bien"
La victoria de Alonso en Nürburgring recordó algunos de sus mejores episodios en circuitos mojados, pero no logró cambiar la dinámica de las cosas en el seno de su equipo, McLaren Mercedes
Cuando el agua aparece, la figura de Fernando Alonso comienza a resplandecer. ¿Por qué? Él asegura que su idilio con la lluvia en los circuitos comenzó cuando era un niño y estaba corriendo en karts en Asturias. "Más del 50% de las carreras que hice allí fueron con agua. Y fue un excelente aprendizaje". Hay historias para todos los gustos. Una de ellas cuenta que su padre, José Luis, se puso el mono para mostrar cómo gestionar el kart con el agua en el circuito de Pola de Siero, y que Fernando iba por delante de él hasta que sufrió una salida.
Aquello fue un revulsivo. Porque Alonso se propuso aprender todos los secretos del agua. Y lo logró. El pasado domingo en Nürburgring, el asturiano, a punto de cumplir 26 años, volvió a mostrarse implacable en condiciones de lluvia. Cuando a falta de siete vueltas para la conclusión del GP de Europa salió de boxes con los neumáticos de agua, Massa supo que tenía motivos para temblar. El ataque de Alonso fue brutal -casi dos segundos por vuelta- hasta que le adelantó en una maniobra que duró dos curvas y que concluyó tras un toque entre los dos pilotos.
La exhibición que realizó Alonso era sólo comparable a algunas otras también históricas en las que había demostrado ya que en pistas mojadas es intratable. En toda su carrera en la F-1, el asturiano ha corrido 11 veces con lluvia o simplemente con la pista mojada. Pero hay dos que sobresalen.
La primera fue en el GP de Brasil 2003 y acabó con Alonso en el hospital tras sufrir un impacto brutal cuando chocó con una rueda del coche de Mark Webber, también accidentado, y perdió el control de su Renault. Fue su primer accidente importante. Y tranquilizó a los suyos levantando el dedo pulgar mientras le retiraban en camilla. La carrera había sido neutralizada cuatro veces, pero nada impidió la remontada de Alonso, que salió décimo e iba tercero cuando sufrió su accidente. La prueba se suspendió entonces, 18 vueltas antes del final. Y Alonso dejó vacío el tercer lugar del podio.
La segunda fue el año pasado en Hungría. Estaba luchando con Michael Schumacher por el título y ambos fueron sancionados en la crono por adelantar con banderas amarilla y roja. El español, que había realizado una peligrosa maniobra con Doornbos, salió 15º y el alemán, 11º. Y con la pista mojada los dos se colocaron entre los seis primeros. Schumacher tuvo un problema mecánico y quedó descartado, pero, bajo la lluvia, Alonso realizó una carrera memorable que no sólo le llevó al liderato, sino a obtener 39 segundos de renta al segundo tras 25 vueltas. Tenía la carrera ganada cuando, tras un repostaje, una tuerca mal puesta en su rueda trasera derecha le hizo abandonar.
"Me gusta la lluvia, no hay duda", confesó ayer Alonso en Woking. "Cuando aparece el agua me lo paso bien, aunque todo se convierte un poco en una lotería. Pero las carreras con condiciones cambiantes son más divertidas".
La victoria le colocó sólo a dos puntos del líder, Lewis Hamilton, pero no consiguió cambiar la dinámica de las cosas en el equipo McLaren. Al concluir su victoria en Nürburgring, dio un trato muy frío a Ron Dennis, patrón del equipo, que antes de salir al podio intentó calmar los ánimos entre Alonso y Massa: "Sólo le aconsejé a Fernando que se calmara y disfrutara de la victoria".
Martin Whitmarsh, director de McLaren, concedió el mayor mérito del triunfo al coche. "Fernando ha hecho lo que se espera de un doble campeón mundial. Cuando, tras el tercer repostaje, ajustamos el alerón delantero, tuvimos la percepción de que habría superado a Massa incluso en seco". Y agregó: "Sin el incidente de Hamilton y el error de Alonso en la cronometrada, habríamos ganado mucho más fácilmente esta carrera". Mientras Norbert Haug, responsable de Mercedes, aseguraba que para ganar hace falta fiabilidad además de potencia, en referencia a Ferrari, Dennis corroboraba que en el equipo no cambiará nada: "Los dos pilotos seguirán teniendo los mejores coches posibles. No habrá favoritismos". El asturiano se siente fuerte, pero intuye que estar tan cerca en la clasificación puede crear una situación de más conflicto respecto a Hamilton.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.