Adiós a Polanco
Me cupo el honor de ser amigo de Jesús de Polanco desde hace veinte años. Lo visité hace sólo un mes y charlamos de todo durante una hora.
Se le notaba la enfermedad, pero no imaginaba que su desaparición estuviera tan próxima. Polanco ha sido un gran hombre, un emprendedor ejemplar que hizo en la edición de libros y en la cultura del entretenimiento, prensa, televisión o radio una labor impagable. Para mí, sobre todo, era una persona buena. Y gracias a él y a la orientación que imprimió en los medios que presidía, la democracia española, la libertad, la tolerancia y el diálogo, se consolidaron y se situaron en lo más alto de Europa. Siempre lo recordaré con cariño y admiración. Descanse en paz.- Luis Yáñez-Barnuevo, eurodiputado socialista. Sevilla.
Lejos de Madrid he sentido como si recibiera un mazazo la noticia de la muerte de Jesús, nuestro presidente. Año tras año (¡y han sido tantos!), acabada la junta de accionistas de PRISA, en un breve aparte nos sincerábamos y sentíamos nuestro cariño cercano. En la última, antes de nuestro aparte consabido, al final de la junta le di pie, con mis palabras, a que se explayara y dijera lo que sentía. Bien lo aprovecharon sus enemigos, esos que jamás, en nada, le llegaron nunca a la suela del zapato y que sólo le envidiaron de la peor manera. Hemos perdido a un gran hombre -esta vez dicho sin retórica-; a una persona de las que tanto necesitamos por el bien de la cultura y por los valores de tolerancia, liberalismo, magnífico hacer en el campo de la comunicación que encarnó. A sus hijos, mi pésame más sincero y leal, como leal fui siempre con su padre. Desde mi profunda tristeza, ¡ánimo!, que hay que seguir la labor que les dejó encomendada.- José María González Muñoz. Madrid.
Siento mucho la muerte de un hombre tan magnífico como Jesús de Polanco, que ha hecho posible que pueda, como muchos otros, leer en español un periódico de altísima calidad como lo es el diario EL PAÍS durante más de 30 años.- Mahmoud M. Rabbani. Barañain, Navarra.
La muerte de Jesús de Polanco nos ha conmocionado a muchos de los lectores de EL PAÍS, diario que nos acompaña desde hace más de treinta años, una referencia indispensable para conocer en qué país y en qué mundo vivimos. Nos ha conmocionado y nos ha preocupado. Queremos suponer (no queremos dudar al respecto) que en su momento tomó las decisiones oportunas para que podamos seguir disfrutando de una información inteligente, independiente y crítica. La contribución del Grupo PRISA, bajo la dirección de Polanco, consolidando la democracia, la convivencia, la modernidad, la presencia de España en el ámbito internacional, especialmente en Iberoamérica, resulta difícil de calcular. Sólo un ejemplo: la portada de EL PAÍS cuando el golpe de Estado de Tejero y compañía. (Y no olvidemos que, de manera infame, se le quitó el pasaporte porque prefirió ser consecuente con sus principios).- Héctor Anabitarte Rivas. Aranjuez, Madrid.
Un curioso aspecto de la personalidad de Jesús de Polanco era su afición al flamenco, y flamenco de calidad. Siendo yo director del Pabellón de Andalucía, me sorprendió gratamente su discreta visita al tablao que allí teníamos, y en el que todas las noches nos esforzábamos por ofrecer lo mejor del cante andaluz. Jesús de Polanco se deleitaba verdaderamente, y no sólo eso, sino que entendía, cosas ambas que los andaluces agradecemos particularmente, aunque no deja de asombrarnos que gente de la más diversa condición se sienta estremecer con el arte de la Niña de los Peines.
Aquel encuentro dejó entre nosotros una no menos curiosa relación de amistad, reactivada siempre a propósito del flamenco, de algún artículo, de algún disco raro... Hoy siento que, junto con el hombre clave de la comunicación y de la democracia española, se nos ha ido también un sentido amante del flamenco. Una pérdida, también por eso, irreparable.- Antonio Rodríguez Almodóvar. Sevilla.
Como lector del diario EL PAÍS, quiero hacer llegar a la familia del señor Polanco mi más sincero pésame por el fallecimiento de la persona que ha hecho del periodismo algo sano y limpio para lograr la convivencia entre los españoles. Gracias por su labor.
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