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Las tabaqueras concentran sus fuerzas

La posible compra de Altadis por parte de Imperial es sólo un movimiento más en el remolino de fusiones tabaqueras de los últimos años. Desde principios de los noventa, estas empresas protagonizan fusiones, absorciones y asociaciones para afrontar un negocio cada vez más complicado.

El tabaco es un producto legal, pero sometido a fuertes restricciones estatales e internacionales. Las multinacionales unen fuerzas ante la elevada presión fiscal y la caída de los márgenes y se preparan para la salida al mercado del gigantesco aparato tabaquero chino.

Se calcula que en el mundo hay unos 1.300 millones de fumadores. Sin embargo, los dueños de la producción son cada vez menos: cinco empresas se reparten el 50% del negocio. Todos luchan por mantener las primeras posiciones, y ante la prohibición de publicitarse recurren a las fusiones para aumentar su productividad y hacerse con marcas que ya tienen el favor de los consumidores.

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