Un peligro para Castellón
El día 8 de marzo, Castellón sufrió un vendaval. Los contenedores de basura cobraron vida y pasearon por las avenidas y las calles de la capital. Las vallas publicitarias se inclinaron, o decidieron cambiar de lugar, atravesando las carreteras que circunvalan la ciudad. La paciencia de algunas fachadas llegó a su fin, y se abalanzaron sobre ellos (recinto ferial Castellón). Techados de fábricas dijeron que ya no daban más cobijo a sus máquinas y trabajadores. El centro comercial de El Corte Inglés también se vio afectado, y sus carteles luminosos se curvaron para ver a los ciudadanos entrar en su regazo. Hoy, cuatro meses después, aún nos regalan una reverencia a los que nos acercamos. Aun así, creo que supone un serio peligro. En esta ocasión, El Corte Inglés no está a la altura y cuida poco de los clientes y de los ciudadanos.
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