El Gobierno británico echa humo

Al nuevo Gobierno británico no le faltan humos: varios de sus componentes, incluidos los responsables del Tesoro y de Interior, han admitido que fumaron porros en su juventud. Lo que en España puede ser un pecadillo sin importancia, aún sorprende en la protestante y puritana Gran Bretaña.

Las confesiones arrancaron con la titular de Interior, Jacqui Smith, que tuvo que admitirlo apenas horas después de que el primer ministro, Gordon Brown, anunciara en el Parlamento el final de la actual política de vista gorda con el cannabis. Hace tres años el Gobierno de Blair rebajó la calificación del cannabis de la categoría B a la categoría C.

La nueva jefa del Home Office, que es la que ha de tomar la decisión formal de volver a la categoría B la semana que viene, admitió que fumó "unas pocas veces" cannabis cuando estaba en la universidad. Con su anuncio, Jacqui Smith desactiva cualquier futuro ataque de los tabloides británicos.

Ayer por la tarde hizo el mismo anuncio el responsable del Tesoro, Alistair Darling, que pasaba por ser uno de los ministros más aburridos. También la ultracatólica Ruth Kelly y dos secretarios de Estado. Otros aseguran que no, como el primer ministro Brown. El de Sanidad, Alan Jonhson, dice que se apuntó al sexo y al rock and roll, pero no a las drogas. Y el líder conservador David Cameron prefiere no hablar: en su día no quiso confirmar ni desmentir si había esnifado cocaína y se limitó a asegurar que desde que es diputado no ha tomado ninguna droga.