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Un juez interroga a Chirac más de cuatro horas sobre la financiación irregular de su partido

El ex presidente francés fue citado por los empleos ficticios en el Ayuntamiento de París

Durante más de cuatro horas, el juez Alain Philibeaux interrogó ayer al ex presidente francés Jacques Chirac. La conversación transcurrió en el despacho privado de Chirac y en presencia del abogado de éste, Jean Veil, que por la tarde definió el encuentro como "educado y cordial". Es la primera vez que Jacques Chirac tiene que declarar ante un juez. Supuestamente implicado en varios casos de financiación irregular del partido que le llevó a la alcaldía de París y luego a la presidencia, Chirac había conseguido hasta ahora escapar a la confrontación judicial.

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Otros tres casos pueden cruzarse en el camino del ex jefe de Estado
Chirac, imputado por un juez por un caso de financiación ilegal de su partido

Varios de los sumarios en los que aparecía el nombre de Chirac tuvieron que ser cerrados sin poder contar con su testimonio, pues o bien su participación en los hechos había prescrito o bien su condición de presidente le convertía en un aforado absoluto.

Chirac, de 74 años, se ha convertido en el primer presidente de la V República en ser interrogado como "testigo asistido", una figura de la justicia francesa a medio camino entre el mero testigo y el imputado.

Sólo tres -quizá cuatro- instrucciones en curso pueden alcanzar aún a Chirac y su esposa. Ayer, el juez Philibeaux se interesó por el llamado caso de los empleos ficticios de la alcaldía de París. Durante varios años, el Ayuntamiento de la capital francesa -ocupado por Chirac entre 1977 y 1995- pagó el sueldo de siete personas que, en realidad, trabajaban exclusivamente para su partido, el Reagrupamiento para la República (RPR). Incluso existe una carta manuscrita, firmada por el propio Chirac, en la que se pide a los servicios correspondientes de la alcaldía que contraten a una persona concreta del RPR para "agradecerle los múltiples servicios prestados".

En su momento, el sumario implicó a 26 personas, varias de ellas condenadas a penas de menos de tres años de cárcel en 2003. Se trataba de antiguos tesoreros del RPR, de hombres de confianza de Chirac e incluso del antiguo primer ministro Alain Juppé, en su día primer teniente de alcalde de París. Juppé fue condenado a 18 meses de cárcel con suspensión de pena y 10 años de inhabilitación ciudadana, pena esta última que Chirac se ocupó de que quedase reducida a un año, entre otras razones porque Juppé, a lo largo del juicio, nunca pronunció el nombre del ex presidente, ni reconoció la letra de éste, ni siquiera supo qué podían significar las iniciales J. Ch.

La defensa de Chirac, en buena parte expuesta en un artículo del ex presidente en el diario Le Monde, parte de una constatación interesada: en aquellos años los partidos "andaban a tientas" en lo que a su financiación se refiere.

Según Chirac, "es muy raro encontrar casos de enriquecimiento personal, tanto entre políticos de izquierda como de la derecha", y explica que él "quería abandonar las viejas prácticas desde 1984", es decir, cobrar comisiones ocultas de empresas o particulares a cambio de favorecerles el acceso a determinados contratos de obras públicas. "Estoy dispuesto a declarar y a responder, a declarar ante la opinión, a responder ante los jueces", escribe Chirac, para quien no puede olvidarse que la primera ley para la moralización de la vida política es de 1988, hay otra de 1991 y una tercera de 1995. "Todos buscábamos una solución".

El RPR se transformó en UMP (Unión por un Movimiento Popular) y debía servir de partido presidencial a Jacques Chirac, que reagrupaba así las dos grandes familias -orleanistas y bonapartistas, liberales y estatalistas- de la derecha gala.

En su día, en 2002, puso al frente de la flamante UMP a Juppé, pero la condena de éste facilitó que Nicolas Sarkozy pudiera conquistar la maquinaria del partido. En 2005, la UMP, aceptando ser la heredera del RPR, abonó a la alcaldía de París 889.000 euros, al admitir que se los había ahorrado en su día a la hora de pagar a sus propios funcionarios.

Durante años, los sumarios que implicaban a Chirac eran objeto de atención especial por parte de la fiscalía del Estado, que procedía a salsichonarlos, es decir, a cortarlos "en rodajas", a subdividirlos en distintos sumarios y diversas sedes judiciales, provocando grandes retrasos.

Eso explica que en otros casos ligados tanto al manejo de la alcaldía de París -gastos de representación, contratos con empresas de reparación de ascensores, contratos con constructoras que se ocupan de los colegios públicos, gastos en restaurantes del matrimonio Chirac- como de trucaje electoral en algunas circunscripciones, Chirac no aparezca como implicado pese a haber sido siempre el principal beneficiario de todas las irregularidades.

Otros tres casos judiciales podrían cruzarse en el camino del ex jefe de Estado, dos relacionados con financiación irregular y empleos ficticios, y otro con las decenas de billetes de avión gratuitos de los que se beneficiaron Chirac y su esposa durante varios años.

Chirac en París, durante un homenaje a De Gaulle, en noviembre de 2005.
Chirac en París, durante un homenaje a De Gaulle, en noviembre de 2005.ASSOCIATED PRESS

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