Rajoy quiere una ley electoral que entierra un consenso de 30 años

Mariano Rajoy se descolgó ayer con una propuesta de reforma de la Ley Electoral General, mecanismo esencial de la democracia pactado hace 30 años por todos los partidos, para impedir que formaciones que han obtenido menos del 30% de los votos puedan formar Gobiernos. Lo hace sólo unas semanas después de que su partido se quedara en la oposición en comunidades y ayuntamientos donde logró ser la primera fuerza pero no encontró socios para sumar mayoría absoluta. Rajoy incluirá su propuesta en el programa electoral. Para sacarla adelante como ley necesitaría la mayoría absoluta en el Congreso (176 diputados).

El sistema proporcional vigente ahora en España fue el resultado de un intenso debate entre los partidos en 1976, que consensuaron un modelo que garantizaba representación a las fuerzas minoritarias. La propuesta de Rajoy, aplicada a la realidad política actual, daría un vuelco al mapa del poder autonómico que favorecería fundamentalmente al PP. Este partido podría recuperar Baleares y Cantabria, se garantizaría el Gobierno de Navarra y tan sólo perdería Canarias, donde ha pactado un Ejecutivo conjunto con Coalición Canaria.

Todos los partidos políticos consideraron "absurda y electoralista" la idea lanzada ayer por el presidente del PP, que supone de hecho laminar a las minorías y arrebatarles la posibilidad de integrar Gobiernos de coalición en municipios y comunidades autónomas.