El Ejecutivo vasco insiste en que la consulta popular está incluida en su programa

¿Con qué lehendakari hay que quedarse cuando habla de la consulta popular sobre el derecho a decidir de los vascos? ¿Con el Ibarretxe que en su discurso de investidura, en junio de 2005, rescató su plan soberanista y se comprometió a realizar la consulta "en ausencia de violencia", o con el que el pasado 15 de abril subrayó que consultará a los vascos en esta legislatura "haga lo que haga ETA"? La portavoz del Ejecutivo vasco, Miren Azkarate, dio ayer una respuesta a todas luces insuficiente.

Azkarate dijo que la consulta -cuestionada por el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, porque podría ser usada por ETA como excusa para matar si el resultado no es acatado por el Congreso y, sobre todo, porque contraviene la doctrina del partido- está "perfectamente" recogida en el pacto de gobierno PNV-EA-EB. "Los compromisos del Gobierno de coalición (...) fueron perfectamente explicitados por el lehendakari" en su investidura, añadió lacónica.

Ese texto señala en su página 8 que el Ejecutivo vasco solicitará a la Cámara vasca autorización para, "en un escenario de ausencia de violencia y sin exclusiones, se realice una consulta popular a la sociedad vasca que ratifique el Acuerdo Político alcanzado".

La dirección del PNV se reunió ayer en Bilbao en un encuentro en el que participó el lehendakari. Los dos sectores enfrentados desde que se produjo el relevo de Xabier Arzalluz (2004) volvieron a mostrar discrepancias de fondo. Por la tarde, Ibarretxe acudió a Santurtzi a la procesión del Carmen. Pese al terremoto provocado por Imaz -aplaudido por el PSE y denostado por Batasuna por querer a los vascos "con la boca tapada ante Madrid"-, el lehendakari lució la mejor de sus sonrisas. Departió en euskera con el alcalde y con la presidenta de la Cámara. Y aguantó a los radicales, los mismos que le dieron dos votos para ser investido, mientras le gritaban "democracia cero" y "ladrones".