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Columna
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Todo es poliédrico

El panorama poselectoral es poliédrico, se nos dice en una crónica. Lo difícil sería saber hoy qué no es poliédrico. Cuando gobernaban los socialistas en los ochenta y primeros noventa, la palabra clave era "sinergia". Había que aprovechar las sinergias. Luego llegaron los del PP y todo tenía que ser potente. Ahora todo es poliédrico: el fútbol, la política, la cultura y la vida.

En un artículo, Joan B Culla i Clarà califica como "debate poliédrico" la efervescencia interna que Esquerra Republicana de Catalunya viene exhibiendo a lo largo de las últimas semanas. Rosa Solbes glosa "el talento poliédrico que siempre fue el conseller Blasco". Xavier Vidal-Folch habla del "liderazgo poliédrico de Jordi Pujol, tradición de una derecha democrática frente a la otra, autoritaria". Joaquín Ferrandis habla de la película Ja en tenim prou como "visión crítica y poliédrica sobre la gestión del Partido Popular". Pedro Torrejón, que fue alcalde socialista del municipio madrileño de Ciempozuelos hasta que se destapó su supuesta implicación en una trama de blanqueo de capitales, seguirá otros cuatro años en el Ayuntamiento y dice de la política, que "es una realidad poliédrica". Pere Ríos, en su crónica sobre la inseguridad ciudadana en Barcelona, afirma "que la pequeña delincuencia, como realidad, también es poliédrica". De Juan Carlos Rodríguez Ibarra se dice en su retirada que es un político "poliédrico", que ha ejercido el poder, en la región y en el partido, a plenitud. Y cuando Josep Sorribes glosa la ocurrencia del entonces conseller Esteban González Pons de crear un "comité de sabios" para los campos de golf, singulariza al "omnipresente, polifacético y poliédrico Alejandro Escribano que actúa de docto profesor, de hombre de confianza de la promoción o de mediador".

A la política francesa también le va la palabreja. Empieza la campaña presidencial y a Ségolène Royal se le presenta como ex ministra en departamentos de segundo nivel del "cultivado y poliédrico Mitterrand". Luego el histórico líder socialista Michel Rocard pide un pacto de Royal y Bayrou y el cronista nos dice que "la campaña está tomando aspecto poliédrico, como el de una ameba lanzando brazos en todas direcciones". Sergi Pàmies analiza el guiñol especial que Canal + emitió sobre Jacques Chirac y nos habla de un personaje "poliédrico e hipócrita, mujeriego y comediante".

La figura humana y literaria de Mario Onaindia, fallecido en 2003, recibe un homenaje y el escritor Manu Gojenola, destaca el carácter "poliédrico" de su personalidad. Del esquiador Paquito Fernández Ochoa se asegura, tras el entierro, que fue "un personaje poliédrico". En la necrológica de Agustí de Semir se afirma que fue "una persona poliédrica por su relación con los demás, su cristianismo militante, su compromiso comunista o su trayectoria en la abogacía". Y del socialista Alfonso Perales, fallecido hace unos meses, se glosa su "poliédrica figura política".

En la Casa del Llibre de Valencia, el historiador Pedro Ruiz Torres y el periodista Adolf Beltran presentan la última novela de Martí Domínguez, El retorn de Voltaire, que inevitablemente acaba por ser calificado en la crónica como "poliédrico escritor francés". Y en otra crónica sobre Francisco Ayala se alaba la "erudición poliédrica de este gigante de las letras hispánicas". A propósito del último libro de Emilio Garrido, Ferran Bono llama a Maria del Mar Bonet "cantante poliédrica". También se habla del "universo poliédrico" de productor musical Suso Saiz. Igual que del músico de Nueva Orleáns Allen Toussaint, "personaje poliédrico", o de la bailaora Pastora Galván "una mujer poliédrica". Y un cronista deportivo nos asegura que Quique Sánchez Flores desplazó "al poliédrico Moretti" al puesto de lateral izquierdo.

Ahora que para uso y abuso el de la crónica de arte. "Personalidad poliédrica", la de Salvador Dalí. "Poliédrico autorretrato", el de Luis Gordillo. Pintor "integral y poliédrico", Santiago Rusiñol. Por no hablar de Frida Kahlo "artista poliédrica"; de la "mirada poliédrica" del diseñador Oscar Tusquets; o de la "obra poliédrica" del dibujante de tebeos Antonio Navarro.

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Total, que me he quedado sin crónica sobre la crisis poliédrica de la izquierda valenciana. Pero, a fin de cuentas, como dice Luis Landero, "el humor nace de un cierto escepticismo, de ver la vida como algo poliédrico, sin fundamentalismo".

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