Barbie supera la crisis de los 40
La muñeca logra recuperar ventas de la mano de las nuevas tecnologías
Si no fuera de plástico fino, si fuera una mujer de carne y hueso, Barbie mediría 1,70 centímetros, pesaría 41 kilos, tendría 99 centímetros de busto, 55 de cintura y 83 de cadera. Pero, pese a su imponente figura, esta mujer de 48 años empezaría a levantar cabeza tras una dura crisis de madurez: Barbie ha perdido en los últimos años ventas y renombre entre las niñas del nuevo siglo, en favor de muñecas más modernas, agresivas y juveniles.
Pero la eterna rubia de las jugueterías ha dado un revolcón a su vida: ha vuelto con Ken, el apuesto novio del que se había separado en 2004; ha modernizado su imagen y se ha subido al tren del mundo virtual, con algo similar a un portal Second Life para fans de la muñeca.
'barbiegirls.com' es el nuevo portal, en fase de pruebas, en el que las niñas podrán interactuar entre ellas
Mattel no concreta qué parte de la mejora se debe a la muñeca y qué a los complementos
Éstas son algunas de las bazas que la multinacional Mattel -la propietaria de Barbie- ha jugado en un plan estratégico para recuperar las ventas de su primera marca. "En 2005 perdimos muchísima cuota de mercado, pero ahora tenemos un 42% en todo el mundo, frente al 40% del informe anterior", asegura Richard Dickson, vicepresidente de marketing de Mattel. Las ventas de Barbie bajaron casi un 13% en 2005 y castigaron los resultados de Mattel, lo que llevaba ocurriendo de forma irregular al menos desde 2001.
"La competencia enganchaba a las niñas mayores. Nuestro reto consistía en fijarse más en sus intereses, en una época en que Barbie no se fijaba tanto en eso", reflexiona Dickson, que se cuida mucho de nombrar a la gran bestia negra de esa competencia: la Bratz, del grupo MGA Entertainment, una muñeca de aspecto adolescente más rebelde y fashion que la romántica -o cursi- y voluptuosa Barbie.
"La marca ha sondeado el mercado y ha visto que ese tipo de muñeca clásica se había convertido en un mostrenco. El mundo de los juguetes es una economía de oferta, no hay demanda, lo que se hace es crear necesidad", reflexiona Vicente Verdú, escritor y doctor en Ciencias Sociales.
La primera vez que Barbie cambió de imagen fue en 1962, tras la muerte de J. F. Kennedy. Dejó su estilo Jackie y se puso minifalda y botas. La muñeca ha renovado cada año su aspecto, pero su constitución -máximo exponente del intransigente canon de belleza clásico- ha cambiado poco. La primera muñeca de cara alargada y mirada profunda, la de 1967, se convirtió en una más vital e independiente diez años después, enseñando por primera vez una blanca sonrisa. A finales de los noventa cierra la boca, su nariz es más fina, su cintura de avispa se ensancha y tiene menos pecho.
Mientras tanto, cambia millones de vestidos, de zapatos y accesorios. Hasta habla 10 idiomas, incluso castellano y catalán.
Pero esta reinvención anual deja de funcionar un día. Los expertos del mundo del juguete apuntan 1999, justo en su 40º aniversario. Un año en que las niñas de todo el mundo empiezan a admirar el estilo de estrellas del pop como Britney Spears.
Mattel se pone a buscar soluciones que pasan por hacer ruido en el mercado. En 2004 anuncia a bombo y platillo que Barbie ha roto su romance con Ken, pero dos años después reconcilia a la pareja para despertar interés mediático y tras asumir que las admiradoras de la muñeca no querían renunciar al cuento de hadas.
Además, ha lanzado nuevas líneas como la Barbie Myscene o la Barbie Fashion. Las nuevas Barbies son más modernas, pero sus dueños marcan distancias respecto a las atrevidas Bratz. "A la competencia le ha costado muy poco mostrar ciertos aspectos que nosotros no creemos apropiados para la edad de las niñas que van a jugar con ellas", opina el vicepresidente de Mattel, quien asegura enorgullecerse "de ofrecer un juguete que reclama la niña, pero también aprueba la madre".
Pese a las críticas a su rival, el grupo mantiene un litigio con MGA disputándole la propiedad intelectual de Bratz.
Mattel también ha disparado las licencias para películas, cosméticos o accesorios, y está a punto de lanzar un nuevo MP3 con forma de Barbie. La marca mejora, pero los dueños esconden qué corresponde a la muñeca y qué se debe a los productos complementarios. En 2006, las ventas de Barbie crecieron y el beneficio de Mattel subió un 42%, hasta 593 millones de dólares (459 millones de euros).
La última apuesta, que lleva un mes en fase de pruebas, es el portal interactivo barbiegirls.com, en el que las niñas interactúan entre ellas y compran productos para su personaje virtual. El objetivo es "combinar la Barbie real con el mundo virtual, una nueva forma de jugar a las muñecas".
El vía crucis de Barbie es el de todo el sector juguetero, que ha de vérselas con MP3, videoconsolas y móviles. Igual que la chica de Mattel ha confiado su suerte a la modernidad y las nuevas tecnologías, otro juguete legendario, Lego, ha tenido que hacer lo propio para superar su crisis: la compañía se asoció en 1998 con los productores de La guerra de las galaxias para comercializar muñecos y un videojuego, lo cual no le ha librado de despedir a más de 1.000 trabajadores y cerrar varias fábricas en Europa. Y es que la feroz competencia de Asia, con mano de obra más barata, ha puesto en serios aprietos a los fabricantes occidentales.
Mattel ya ha hecho los deberes en ese aspecto, y el 100% de su producción se hace en países como China; sobre todo, India y México. El grupo tiene otras marcas conocidas como Fisher Price, pero la joya de su corona es Barbie (el 25% de las ventas en España corresponden a la marca).
En la víspera de sus 50 años, Barbie tiene la cintura más ancha, pero sus piernas siguen pareciendo interminables. Sus dueños aseguran que la rubia se encuentra en la mejor época de su vida.
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