El gran quebradero de cabeza
Juan Antonio la mezclaba con tiza para venderla. O con pastillas contra el dolor de cabeza. Este joven sevillano de 20 años, ahora en fase de rehabilitación, se puso a vender cocaína para poder conseguir el gramo que necesitaba consumir cada día. En fin de semana, un gramo no era nunca suficiente.
La coca es una sustancia con alto poder adictivo. Es la droga ilegal que mayores quebraderos de cabeza genera entre las autoridades públicas y sanitarias, la que marca el arranque del siglo XXI. "La cocaína es la droga reina en España", afirma tajante un mando policial. El clorhidrato de cocaína o simplemente cocaína es un polvo blanco extraído de la hoja de coca. Suele consumirse aspirada por la nariz.
En 1996 causaba el 5,6% de todas las admisiones en centros médicos para tratamiento por abuso o dependencia de drogas. En 2005, ya suponía el 46,9% de esas admisiones.
1 CONSUMO Y EFECTOS
Juan Antonio curraba en un bar y consumía su gramo diario trabajando. Probó la coca, o farlopa, a los 16 años. Luego la empezó a mezclar con pastillas, petas y alcohol. El clásico caso de policonsumo, una de las características clave del uso de estupefacientes hoy en día. Poca gente toma una sola droga. Y la cocaína casi siempre acompaña al alcohol, que es la droga legal por excelencia.
La cocaína fue utilizada inicialmente como anestésico local en ciertas intervenciones quirúrgicas. Sin embargo, al descubrirse su naturaleza adictiva fue reemplazada por otros fármacos. Poderoso estimulante del sistema nervioso central, crea una fuerte dependencia psicológica en el consumidor.
"Hay mucha cocaína y a un precio muy asequible", afirma Francisco Herrera, médico y director de la sede del Proyecto Hombre -organización que apoya a los que quieren dejar las drogas- en Sevilla. "El mayor éxito de los cocaleros ha sido crear un estado de opinión de modo que pareciera que en el fondo no es una sustancia tan mala".
Es un psicoestimulante que se suele inhalar y cuya fácil absorción permite que llegue rápido al cerebro. Sus efectos aparecen apenas unos minutos después de consumirla: euforia, locuacidad, sociabilidad. Inhibe el apetito, y quita de golpe la fatiga. Aumenta la presión arterial.
En la última encuesta entre población escolar, en 2004, un 7,2% de la población entre 14 y 18 años la había consumido. En el estudio que se presentará el próximo otoño se aprecia una caída de más del 3% en este registro.
"Se ha producido un auténtico choque de trenes entre la oferta y la demanda", explica Herrera en su despacho sevillano. "Estamos en el país de la distribución, aquí llega toda la oferta. Existe gran demanda y falta percepción de riesgo: ver gente que se va al baño a pegarse tiros se ha convertido en parte del paisaje".
Herrera señala que hay dos perfiles tipo entre la gente que acude a su centro para rehabilitarse. Por un lado, los adultos jóvenes, personas de más de 30 años que llegan a la consulta tras años de consumo, cuando ven que están arruinando todo lo que habían conseguido. Y por otro, los adolescentes: "Proceden de familias normalizadas, con aparentes índices de satisfacción en la vida".
El año pasado, los cuerpos de seguridad españoles decomisaron casi 50 toneladas de cocaína, casi la mitad en barcos que navegaban por aguas internacionales en dirección a la Península. "España es el puente de entrada de esta droga para el resto de Europa", declara un miembro de la Sección de Cocaína de la Brigada Central de Estupefacientes.
2 TRAFICANTES Y PRECIOS
Su precio al por mayor es de unos 32.000 euros por kilo, una cantidad que se quintuplica cuando se distribuye en la calle al menudeo. Se encuentra por 50 ó 60 euros el gramo. El tráfico de esta droga está en manos de grandes organizaciones internacionales dominadas por mafias colombianas. Un agente antinarcóticos afirma: "La mejor forma de combatir estas redes criminales es mediante la figura del agente encubierto (un infiltrado), pero esta figura apenas se usa en España porque exige que el topo sea siempre un policía o un guardia civil y, además, al final siempre quedas al descubierto en el juicio contra los traficantes".
La policía sostiene que aquí apenas se consumen otros derivados de la coca, como el crack o el bazuco, comunes en Estados Unidos.
3 RIESTOS PARA LA SALUD
Ideas paranoides y depresión son dos de las consecuencias que se pueden derivar del consumo crónico y abusivo de la cocaína. La pérdida del apetito, el insomnio y las patologías respiratorias (sinusitis, irritación de la mucosa nasal) se encuentran entre sus efectos orgánicos.
"Es muy habitual el trastorno del déficit de atención", afirma la psiquiatra Marta Llorens, directora de la línea de adicciones del Instituto de Psiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar, en Barcelona. "Ves que son personas muy inquietas, les cuesta retener la información, centrarse".
"La gente que consume medio gramo o un gramo cada fin de semana piensa que no es adicta, porque sólo es en fin de semana, pero lo son", explica Llorens. "La persona que no puede dejar de consumir es adicta".
Ésa es la dificultad que se presenta con la coca, dice. "Éstos son los pacientes nuevos: no marginalizados, trabajan, les cuesta reconocer el problema que tienen".
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