El textil se vuelca en la 'ropa inteligente'
Diseñadores e investigadores muestran nuevas tecnologías que permitirán personalizar la ropa
¿Se imaginan acudir a una fiesta vestidos con una pieza que se ilumina en la oscuridad, tras almacenar energía del Sol? ¿O epatar al personal con unas camisetas que cambian de color con la temperatura corporal? ¿Y un aerosol que al rociar el cuerpo crea una pieza de forma instantánea y personalizada? Éstos son algunos de los ejemplos del textil inteligente en los que trabajan diseñadores y científicos. El pasado viernes se vieron durante la jornada Technoteixits, celebrada en Cosmocaixa de Barcelona, de la Fundación La Caixa. Como colofón, se celebró la pasalera de diseñadores emergentes Pasafad 2007 Technocolor.
Laura Morata, diseñadora de la marca Madre Mía del Amor Hermoso, y especialistas del centro tecnológico Leitat presentaron el proyecto Tecnoemociónate, con el que pretenden emocionar a las personas con la mezcla de ropa y tecnología, según dijo la creadora. Entre los prototipos exhibidos destacó el vestido solar, cuyo tejido lleva impregnada pintura fosforescente que absorbe energía de los rayos ultravioleta y emite luz en la oscuridad; también se mostraron unas camisetas que mudan de motivos o colores con los cambios de temperatura del cuerpo.
Un tercer invento, todavía en fase de desarrollo, es una mascarilla para ciclistas: estará empapada con microcápsulas de lavanda y otros aromas, "para que al circular por la ciudad nos relaje el olor a naturaleza", añadió Morata. Carme López-Quintana, de Leitat, mostró un parasol bajo cuya sombra se disfruta de un fresquito microclima. Unas placas solares flexibles cosidas a la tela alimentan el aparato de refrigeración termoeléctrica. Ideal para la playa o las terrazas.
El alemán Moritz Waldemeyer, especializado en mecatrónica (mezcla de electrónica y mecánica), explicó cómo fabricó en un par de semanas dos espectaculares videovestidos con 6.000 diodos que generan imágenes programadas en 1.500 diminutos chips cosidos al tejido.
Manel Torre, diseñador del Imperial College de Londres, inventó un aerosol que, al rociar algodón u otros materiales sobre el cuerpo desnudo de una persona, la viste al instante con una camiseta o un bikini personalizados. A través de su empresa, Fabrican, negocia con multinacionales del perfume, la farmacia y la limpieza sacar productos con aromas, con aplicaciones industriales o incluso que dosifiquen medicinas a través de la piel, dijo Torres el viernes.
¿Ideas descabelladas? No tanto, porque el textil se ha volcado en producir sofisticadas fibras inteligentes que tienen funciones antibacterianas, desodorantes o antirrayos ultravioleta.
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