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Tribuna:COYUNTURA NACIONAL
Tribuna
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Hacia la estabilización

Esta semana los analistas de la coyuntura no hemos podido quejarnos de falta de trabajo, pues la información publicada sobre la economía española ha sido abundante. Hemos conocido indicadores significativos de demanda, oferta y mercado laboral de los meses de mayo o junio, y todos ellos confirman la primera impresión comentada en esta columna de que el segundo trimestre del año ha sido algo más flojo en cuanto a crecimiento que el primero. Además de toda esta información de indicadores, el INE ha publicado la Contabilidad Trimestral No Financiera de los Sectores Institucionales (CTNFSI) del primer trimestre.

Tomando las series de sumas móviles de cuatro trimestres, para soslayar la fuerte estacionalidad de estas cifras, y por lo que respecta a las cuentas de los hogares, cabe destacar el crecimiento sostenido de las rentas salariales (gráfico izquierdo), gracias sobre todo al aumento del empleo, y el nuevo repunte de las no salariales, gracias a los abundantes dividendos recibidos y a la subida de los tipos de interés, que si bien perjudica a los hogares endeudados, beneficia a los ahorradores, que son más. La renta disponible (gráfico central) crece casi un punto por debajo de las rentas primarias netas, como consecuencia de que en la fase de redistribución los hogares salen perdiendo y las Administraciones Públicas, ganando, ya que las prestaciones y otras transferencias monetarias recibidas aumentan por debajo de los impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social pagados. Ello no implica, a priori, que los hogares salgan definitivamente perjudicados, ya que con estas rentas las Administraciones pueden aumentar en cantidad y calidad las prestaciones en especie, es decir, los servicios públicos, fundamentalmente en educación y sanidad; también contribuyen de esta forma a asegurar las pensiones futuras ya que el superávit de la Seguridad Social se destina al Fondo de Reserva.

La necesidad de financiación frente al resto del mundo tiende a estabilizarse en torno al 8% del PIB

En cuanto al destino principal de la renta disponible de los hogares, el consumo, cabe destacar que mantiene una tendencia de desaceleración, de forma que su crecimiento se aproxima al de aquella, y ello significa que la tasa de ahorro, que venía descendiendo notablemente desde 2004, tiende a estabilizarse en torno al 10% de dicha renta. Sigue siendo una tasa baja (la media de la eurozona está en el 14%), sobre todo porque no es suficiente para financiar las inversiones en capital fijo de los hogares (fundamentalmente vivienda), que superan el 15% de la renta disponible, pero al menos se estabiliza. Una buena parte de la diferencia se financia con las transferencias de capital netas recibidas (ayudas a la inversión), pero aún se origina un déficit de casi el 2,5% del PIB (gráfico derecho). Cabe añadir que la inversión de los hogares tiende a desacelerarse, lo cual, junto a la estabilización de la tasa de ahorro, se traduce en que dicho déficit parece haber roto la tendencia creciente.

Ello, junto a un superávit público al alza, compensa el aumento del enorme déficit de las sociedades no financieras, de tal forma que la necesidad de financiación del conjunto de la economía frente al resto del mundo tiende a estabilizarse en una cifra cercana al 8% del PIB. En definitiva, parece que la economía española está empezando a contener la carrera desenfrenada de sus desequilibrios financieros durante los últimos años, pero aún está por ver durante cuánto tiempo es sostenible el nivel alcanzado por los mismos y, sobre todo, los efectos sobre el crecimiento a medio plazo de su eventual corrección.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

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